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El NEWSCONS

La combinación de los viejos y nuevos planteamientos conservadores en los Estados Unidos no fue un exclusivo patrimonio de los movimientos más extremistas, sino que fue principalmente administrada por una corriente conservadora que, fuertemente consolidada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, tuvo una incidencia inmediata en el sistema de partidos, en la política exterior y en el propio ejecutivo. Este movimiento estuvo ligado al sentimiento patriótico nacional en la defensa del anticomunismo, considerada como el principal objetivo de toda acción política y de gobierno en la "defensa responsable del Interés Nacional". Este proceso propició el resurgimiento del movimiento conservador en los Estados Unidos, acompañado por el nacimiento de numerosas publicaciones que, en muchos casos, siguen siendo hoy el centro del pensamiento conservador. La producción teórica asociada a estas publicaciones se centró en una vuelta a una clásica forma de hacer y entender la política interior y exterior, caracterizada en el interior por la victoria de los valores más conservadores y, en el exterior, por la vuelta a una renovada política de contención activa. En este sentido, las relaciones de los Estados Unidos estuvieron condicionadas por una visión instrumental de la política exterior en donde podrían reconocerse los intereses estratégicos y económicos como los determinantes. La denominada Revolución Conservadora de 1994, durante la primera presidencia de Bill Clinton, propuso a los ciudadanos un denominado Contrato con América que suponía un programa de diez puntos para la regeneración política y moral de América. Este Contrato recogía las bases fundamentales que la Administración Reagan había sembrado en el espíritu conservador. En este compromiso puede encontrarse las bases ideológicas para pasar a lo que ellos denominan una nueva época conservadora y neoliberal: el vínculo ideológico entre la tradición nacional y el nuevo conservadurismo (newcons), en donde el realismo preventivo propicia un instrumento valioso para afrontar los nuevos retos, una idea que, desde esta consideración, parte de un convencimiento: Sólo Estados Unidos puede dirigir el mundo; Estados Unidos sigue siendo la única civilización global universal en la historia de la humanidad. Por lo tanto, el reaganismo enlaza de forma directa con el pensamiento internacionalista que sustenta la nueva Doctrina de Seguridad Nacional, al encontrar la raíz del comportamiento exterior de los Estados Unidos en una fuerza interior (revolucionaria) que le permita combatir el desorden y el terrorismo internacional desde una posición activa y premonitoria. El realismo preventivo por lo tanto, después del desafío que supuso el 11 de septiembre de 2001, abre un proceso rápido que, desde estos presupuestos, obliga a los Estados Unidos a transformar las clásicas doctrinas inservibles de la guerra fría y de la post-guerra fría en una nueva filosofía y en una renovada política de seguridad acomodada a la presente realidad. Los planteamientos que vinculan la revolución conservadora, origen del nuevo conservadurismo (newcons), y el realismo preventivo como teoría determinante de la actual Doctrina de Seguridad, tienen su origen en el grupo conocido como los intelectuales de la defensa. Este grupo que abarcaba aportaciones diversas habían comenzado a preconizar una nueva y completa estrategia para dominar el mundo incluso antes de la guerra en Afganistán. Muchos de sus miembros habían trabajado en anteriores gobiernos republicanos, y cuando George W. Bush alcanzó la presidencia, la mayoría de ellos fueron nombrados para ocupar puestos de responsabilidad vinculados al diseño de la política de seguridad. La perfecta conjunción entre la producción intelectual, teórica y práctica que llevó al realismo preventivo a ser el centro de la Doctrina de Seguridad, fue posible con el nombramiento de Donald Rumsfeld como Secretario de Defensa, teniendo como subsecretario de Defensa a Paul Wolfowitz, firme defensor de la la búsqueda de una supremacía militar siempre mayor con relación a todos los rivales de Estados Unidos, incluidos los aliados occidentales y en la necesidad de establecer una "pax america". El argumento central que articularía este realismo preventivo, aproximación teórica central en la nueva Doctrina Estratégica, estaría fundamentado en la idea de que el 11 de septiembre de 2001 supone el comienzo de las denominadas "guerras de cuarta generación". Estas amenazas denominas "asimétricas", como el terrorismo internacional, exigen una política exterior activa basada en el uso de la fuerza preventiva. Así, tras determinar que Al Quaeda estaba tras los atentados del 11S, Rumsfeld y Wolfowitz ordenaron la búsqueda de vínculos entre Al Qaeda y el régimen de Sadam Husein, como paso previo para declararle la guerra a Irak. La labor derivada de estas instituciones que llevaron a cabo la vinculación del realismo preventivo, el newcons, y la utilización de la fuerza en Afganistán e Irak, tuvo un peso significativo en la opinión pública interna e internacional por la vía de publicaciones conservadoras. El peso e influencia de estos medios, ha llevado al realismo preventivo a un papel preponderante en la producción teórica y práctica de las Relaciones Internacionales, vinculada a las nuevas estrategias de la seguridad. Los teóricos del internacionalismo conservador apoyan los conceptos tradicionales de la nación-estado y su soberanía, para desde ahí rechazar el peso y protagonismo de toda la estructura multilateral, y condicionar la posibilidad de un gobernanza global. Sin embargo, comparten una interpretación original de la soberanía nacional que al mismo tiempo proponen que sea total, referida a los Estados Unidos, y a la vez limitada, para el resto de los Estados que deben asumir una definición no consensuada sobre los denominados "nuevos riesgos de la seguridad". La soberanía, sin embargo, desde cualquier presupuesto realista está condicionada por el poder. El realismo preventivo considera que la soberanía nacional es plena, total e incontestable. Para el desarrollo de su nueva Doctrina de Seguridad, los Estados Unidos no rechazan categóricamente la necesidad y la relevancia de las normas internacionales, los tratados y las leyes pero, conscientes de su poder y de sus responsabilidades globales, aplican una política unilateral considerando que su supremo poder militar y su claridad moral le confieren privilegios y prerrogativas especiales.

COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO

La cooperación internacional para el desarrollo se define como el conjunto de acciones llevadas a cabo por los países desarrollados por medio de transferencias de recursos, con varias modalidades y procedimientos, a los países del Sur. El objeto ideal de esta política, que inicialmente estuvo más centrada en el crecimiento económico y el bienestar de los países en desarrollo en general, es el de la erradicación de la pobreza en el mundo. Sin embargo, la experiencia de cooperación a lo largo de estas décadas ha tenido en cuenta mayoritariamente los objetivos de política exterior de los principales donantes, más que el bienestar de la ciudadanía de los países en desarrollo. El sistema de cooperación internacional al desarrollo nació poco después de la Segunda Guerra Mundial. Su origen está relacionado con la Guerra Fría al considerarse la ayuda externa como un instrumento legitimador de las potencias dominantes en cada uno de ambos bloques, capaz de contribuir a la cohesión de los países aliados en su respectivo seno. La cooperación al desarrollo aparecía como un mecanismo adecuado para atenuar las diferencias Norte-Sur, coadyuvando al desarrollo de los países del Sur y, a la vez, como un medio de mantener la influencia de los países de pasado colonial en antiguas colonias, o bien, de ganar influencia en los nuevos países independientes. En los años 60, en un contexto de fuerte crecimiento de las economías europeas y japonesa, se generalizarían los programas bilaterales de ayuda y se consolidaría el sistema de cooperación al desarrollo con la creación de organismos ad hoc para su gestión. Precisamente, la búsqueda de objetivos distintos, no siempre complementarios, dotan de unos rasgos específicos al sistema de cooperación frente a otros subsistemas del sistema de relaciones internacionales. Entre sus rasgos específicos encontramos: 1. La cooperación al desarrollo se centraliza y canaliza en su mayor parte a través del Estado nacional. La cooperación multilateral depende por completo de la financiación suministrada por los países donantes, sin que se contemplen mecanismos automáticos de generación de recursos. 2. El sistema de cooperación de cada país, por su carácter y objetivos específicos, goza de cierta autonomía relativa respecto a la política exterior de cada Estado, si bien se inserta allí sin entrar en contradicción con ella. 3. Sus objetivos son mixtos: promoción del desarrollo y del propio interés del donante. 4. La decisión acerca de la cuantía de la ayuda y su destino geográfico y sectorial, aunque derivada de un compromiso moral contraído en Naciones Unidas, es discrecional para cada Estado. 5. La cooperación al desarrollo ha mostrado una eficacia limitada en la promoción del desarrollo. En los años 90 se modifica la perspectiva de la cooperación internacional, con la idea de que un crecimiento sostenido basado en el propio desarrollo de todos los países se podría alcanzar mediante pautas comunes de política económica dentro de un proceso de globalización. La promoción del desarrollo y la erradicación de la pobreza aparecen a inicios del tercer milenio como las justificaciones del sistema de cooperación. Asimismo, la consideración de la paz, la calidad medioambiental o la estabilidad financiera internacional como Bienes Públicos Globales y su relación con el desarrollo, así como los consensos suscitados en torno a la Declaración del Milenio, sitúa en la agenda del sistema de cooperación nuevos retos. En el seno de la cooperación internacional podemos distinguir distintos agentes de la cooperación multilateral y los agentes de la cooperación bilateral. COOPERACIÓN MULTILATERAL: Serían las contribuciones a las instituciones financieras internacionales y contribuciones a organismos internacionales no financieros: Agencias especializadas y "Programas" y "Fondos" de Naciones Unidas-. Dentro de los agentes multilaterales, las Instituciones Financieras Internacionales obtienen recursos de los países miembros para ejecutar proyectos de desarrollo en los PED, prestar ayuda directa a sus balanzas de patos y apoyar determinados programas presupuestarios de los receptores. Las Agencias y Programas de Naciones Unidas tienen por objetivo promover la cooperación internacional, entre otros, en los ámbitos técnico, científico, cultural, laboral, alimentario y sanitario. Entre los más representativos están el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); la Organización Internacional del Trabajo (OIT).. Las Agencias y Programas de Naciones Unidas coexisten con "Fondos" que proporcionan financiación concesional -créditos y donaciones- a proyectos destinados a la promoción del desarrollo. Entre los más conocidos están el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Fondo de Naciones Unidas para la Población (FNUAP) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). Aunque todas las contribuciones a estas instituciones por parte de los países miembros tienen como objetivo la cooperación internacional, sólo computan como Ayuda Oficial al Desarrollo las dirigidas a promover el desarrollo de los Países en Vías de Desarrollo. El presupuesto de la Unión Europea originado por los aportes de los Estados miembros, se considera un "fondo multilateral". En consecuencia, la cuantía que la Unión Europea dedica de su presupuesto a la financiación de programas y proyectos de cooperación con los Países en Vías de Desarrollo, entra en la categoría de "Ayuda Oficial al Desarrollo multilateral". También se incluyen aquí los programas generales de carácter horizontal. Por otro lado, el Fondo Europeo de Desarrollo, de carácter extrapresupuestario, se nutre de los fondos que aportan directamente los Estados miembros y que sirven para financiar gran parte de la cooperación financiera y técnica, que financia los proyectos y programas de desarrollo, entre la Unión Europea y los países signatarios de los Acuerdos de Lomé (países ACP).

LA NUEVA GOBERNANZA ECONÓMICA EUROPEA

La crisis financiera mundial ha puesto de manifiesto las debilidades del marco de gobernanza económica de la UE y, de la zona del euro en particular, así como las graves deficiencias en su aplicación. Algunos Estados miembros habían acumulado ya grandes desequilibrios presupuestarios en tiempos de bonanza, ya que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), no había ofrecido suficientes incentivos para la corrección de estos desequilibrios fiscales, especialmente tras la reforma de 2005. La crisis de la deuda griega en mayo de 2010 puso de manifiesto las debilidades de la eurozona y evidenció la necesidad de avanzar en la integración económica del área, y articular instrumentos de política económica a nivel europeo de la suficiente entidad como para desempeñar un papel destacado en el terreno de la estabilización económica y financiera, la cohesión territorial y el impulso del crecimiento económico. Entre las decisiones de emergencia se constató que la Unión Europea debía dotarse de algún mecanismo de asistencia financiera a los Estados miembros para ser utilizado en el caso de presión por parte de los mercados. Desde entonces se han arbitrado distintos mecanismos dirigidos a contrarrestar más directamente la crisis de la deuda y el contagio a otros países. En este contexto, se creó el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera, que implicaba la creación de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF). Este mecanismo se creó con carácter temporal y hasta que se decidiese poner en marcha un mecanismo permanente para posibilitar la puesta en marcha de los rescates a Irlanda, Portugal y el segundo rescate a Grecia. La evidencia de que la capacidad efectiva de la FEEF era insuficiente llevó a plantear la necesidad de crear un mecanismo permanente de resolución de crisis, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuyo funcionamiento inicialmente estaba previsto para 2013, pero ante el agravamiento de la crisis y la necesidad de buscar soluciones más urgentes se decidió intentar que estuviese en funcionamiento a mediados de 2012. En paralelo a las decisiones de urgencia, desde mediados de 2010 la respuesta comunitaria a la crisis se centró en una gran parte en la revisión del marco de gobernanza económica de la Unión Europea, con el objetivo de intentar eliminar las debilidades puestas en evidencia a lo largo de la crisis. Se adptaron nuevas decisiones que tenía un sesgo totalmente contrario al que había prevalecido desde el inicio de la crisis. El diseño de este nuevo marco de gobernanza económica buscaba una coordinación más amplia e intensa de las políticas económicas, con medidas orientadas, en su mayor parte, hacia el ajuste y la austeridad con el objetivo de garantizar la sostenibilidad presupuestaria de los Estados miembros en detrimento del crecimiento y del empleo. La adopción de este tipo de medidas de ajuste unida al deterioro de la confianza sobre la capacidad real de la Unión Europea para abordar una salida definitiva a la crisis explica gran parte de la evolución económica de los dos últimos años, con una perspectiva más pesimista, de menor crecimiento e incluso recesión en algunas economías con una fuerte destrucción de capacidad productiva y empleo. Así, se puso en marcha el Semestre Europeo como procedimiento anual por el que durante los primeros seis meses del año, se realizaría un análisis y supervisión de la disciplina presupuestaria de los Estados miembros, y del grado de compromiso con las políticas de reforma estructural con relación a los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Además, se reiteró el objetivo de saneamiento y mayor estabilidad fiscal a través de la reforma del Pacto de Estabilidad, del Pacto por el Euro Plus y de la aprobación del paquete legislativo "six pack". El objetivo era mejorar los mecanismos macroeconómicos de la política comunitaria, tanto en el ámbito del refuerzo de la disciplina presupuestaria como de la supervisión de las políticas económicas. Se puso en marcha también un nuevo marco de vigilancia de los desequilibrios macroeconómicos y corrección de los mismos, cuyo objetivo era disponer de un mecanismo apropiado para detectar a tiempo los desequilibrios. También se buscaba reducir la posibilidad de que estos desequilibrios se produjesen o, en caso de producirse, facilitar la corrección de los mismos a través de la aplicación de las políticas económicas adecuadas por parte de los Estados miembros. Este mecanismo suponía plasmar, por primera vez, la cesión de soberanía al establecer instrumentos de control de la política económica de los Estados miembros. Y finalmente, se firmó el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Convergencia, cuyo elemento central era el pacto fiscal que establecía una nueva regla fiscal, por la cual los Estados miembros se comprometen a que los saldos de las Administraciones públicas permanezcan en equilibrio o con superávit a lo largo del ciclo, si bien se admitía cierto margen de maniobra. Las exigencias planteadas por las políticas de austeridad en el corto plazo han resultado incompatibles con la recuperación del crecimiento, lo que ha hecho evidentes las dificultades de la Unión Europea, y aún más de la UEM, para articular políticas macroeconómicas comunes tendentes a la estabilización económica y financiera. De hecho, se aprecia como se ha señalado anteriormente cierta incoherencia entre el nuevo marco de gobernanza económica, orientado hacia la austeridad con los objetivos de crecimientos plasmados en la Estrategia Europa 2020, siendo necesario encontrar un equilibrio virtuoso entre los objetivos de consolidación fiscal y de recuperación de la actividad económica y el empleo sobre bases productivas sostenibles a medio plazo. Además, los nuevos mecanismos de gobernanza económica planteados en el actual escenario de crisis están provocando un efecto indirecto de reducción del papel de las organizaciones sindicales y empresariales en el ámbito europeo en relación con el proceso de toma de decisiones, lo cual no se corresponde con lo que constituyen las señas de identidad del proyecto europeo de intervención relevante del diálogo social reflejado en los Tratados. Conscientes de que la Unión Europea, y en particular la Unión Económica y Monetaria, está un momento determinante de su historia, a finales de junio de 2012, el presidente del Consejo Europeo presentó un informe sobre el futuro de la Unión Económica y Monetaria, elaborado en colaboración con la Comisión, el Eurogrupo y el BCE. La cuestión central del informe era el reconocimiento de que había una necesidad urgente de replantear la UEM para asegurar el bienestar económico y social futuro. Para ello, se proponía una nueva arquitectura de gobernanza más fuerte y estable que abarcase a los ámbitos financiero, fiscal, económico y político. Este informe sirvió de base para la discusión del Consejo Europeo, en el que los líderes europeos acordaron, entre otras cuestiones, profundizar en la Unión Económica y Monetaria de cara al futuro. En ese mismo Consejo Europeo de junio se acordó el Pacto por el Crecimiento y el Empleo, que recogía un conjunto de actuaciones que deberían emprender los Estados miembros y las instituciones comunitarias, como parte de la respuesta de la Unión a la crisis con el objetivo de generar crecimiento y empleo y reactivar la su recuperación de la economía europea. Este Pacto suponía también la movilización de 120.000 millones de euros para la adopción de medidas de crecimiento de efecto rápido. Sin embargo, los avances con relación a este Pacto hasta el momento han sido muy limitados. El mayor avance hasta el momento se ha dado en el marco financiero. En septiembre se presentó una propuesta sobre un mecanismo único de supervisión como parte de la unión bancaria, asignando al BCE fuertes competencias de supervisión de todos los bancos de la zona euro con el fin de asegurar la estabilidad financiera. Precisamente es en el ámbito financiero donde parecen haberse adoptado más decisiones desde el inicio de la crisis. Junto al nuevo marco de supervisión, se adoptaron nuevas reglas más estrictas sobre los requisitos de capital y otras referidas a las remuneraciones y las primas en la actividad financiera; la realización periódica de las pruebas de resistencia o de estrés de las entidades financieras, la aprobación de distintos paquetes legislativos para fortalecer la regulación del sector bancario así como sobre recapitalización y financiación bancaria. También se han adoptado distintas iniciativas en relación con las ventas en corto o los impuestos al sector bancario y a las transacciones financieras internacionales. A pesar de todas estas decisiones, el saneamiento del sector financiero en su conjunto no ha terminado de producirse, lo que ha hecho necesario profundizar en los objetivos y avanzar hacia la unión bancaria integrada, que es la propuesta más reciente

el sistema internacional, este proceso ha pasado principalmente por sucesivas fases:

1ª Fase) La primera se extiende desde el inicio de la caída del imperio soviético y la desaparición en cascada de los socialismos reales en Europa del Este hasta el fin de la guerra del Golfo. En esta fase -que tuvo su expresión más conocida en la tesis de Francis Fukuyama sobre el fin de la historia -prevalece una visión reguladora del orden mundial que enlaza con los supuestos básicos del internacionalismo liberal. Desde esta tradición, tres condiciones básicas deberían cumplirse para que haya orden mundial: la implantación de regímenes democráticos a escala planetaria, la realización de acuerdos entre países para mantener la seguridad colectiva y cooperativa; y, finalmente, el funcionamiento de una economía liberal, esto es, de condiciones que hagan posible el comercio entre las naciones y, por tanto, la especialización global. 2ª Fase) Existiría una segunda etapa que se inicia con la primera Guerra del Golfo y está dominada por la idea no del fin sino del "retorno a la historia" o, como lo puso un autor, por el "regreso al futuro", donde "futuro" debe leerse como "pasado". Hechos tales como la desintegración de Yugoslavia, la guerra de Ruanda, la tragedia de Somalia, los conflictos en la ex-periferia interna del imperio soviético, el auge del fundamentalismo, pusieron término al optimismo propio de la primera fase y dieron lugar a que se hablara de manera creciente sobre el "nuevo desorden internacional". La muestra más representativa de las percepciones prevalecientes en esta segunda fase está en la tesis de Samuel Huntington sobre el choque de las civilizaciones. Estas posiciones vendrían a coincidir que en una parte del mundo las relaciones internacionales estarían atravesando cambios cualitativos (claramente en el mundo que integran los países desarrollados), mientras que en el resto del planeta el pasado no haría más que repetirse. La forma más correcta para caracterizar el contradictorio sistema internacional actual, caracterizado por la fragmentación y los conflictos, pero también por la integración y la cooperación, es resumir el efecto que el fin de la Guerra Fría ha tenido en el sistema internacional para, desde ahí, identificar algunos de los componentes más destacados de la mundialización: § Una disminución importante del nivel de antagonismo de ideas, que no sólo se debe a la defección de la ex-Unión Soviética y al colapso de las concepciones que sostenían a los socialismos reales, sino también al debilitamiento relativo de los supuestos en los que se basaron las reivindicaciones del Sur frente al Norte. § El cambio de naturaleza de la competencia básica. Durante la Guerra Fría la rivalidad se fundaba en el sentido de misión de cada una de las partes. Había en esta disputa componentes esencialmente políticos, militares e ideológicos. Actualmente la competencia tiene otras características. En palabras de William Pfaff, la competencia todavía concierne a la influencia nacional, pero una influencia que se obtiene a través del éxito comercial y el liderazgo industrial y científico. § La primacía en este momento de aspectos que habían ocupado un lugar subordinado y que han pasado a un primer lugar de eso que se denomina "agenda negativa": terrorismo, narcotráfico, deterioro del medio ambiente, pobreza, problemas demográficos, nacionalismos. § La posibilidad de que se abra un espacio de acción mayor para los organismos internacionales y para el fortalecimiento y/o desarrollo de regímenes internacionales en numerosas áreas temáticas, particularmente en las áreas tradicionales de la seguridad interestatal y en los temas de la "agenda negativa". § Un aumento de la importancia de los temas económicos y comerciales, paralelamente con los temas de seguridad en vinculación con la lucha contra el terrorismo internacional que se transforma en el tema destacado en la "agenda negativa" del sistema internacional. § La afirmación de un "nuevo" liderazgo mundial por parte de los Estados Unidos vinculado a la política de seguridad que condiciona el proceso globalizador y las dinámicas seguidas por los distintos sujetos del sistema internacional. Sin embargo, el término de mundialización históricamente ha venido asociado a las concepciones contemporáneas de las relaciones internacionales referidas al orden mundial. Los elementos comunes que las caracterizan, tienen que ver con las siguientes cuestiones: § Búsqueda del carácter normativo. § Rechazo del paradigma estatocéntrico. § Las relaciones internacionales como teoría de la sociedad mundial.

LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO

Antecedentes históricos, iniciativas de cooperación al desarrollo, el sistema multilateral de cooperación, la OCDE y el CAD, conceptos y definiciones básicas sobre cooperación del CAD. La cooperación norte-sur comprende todo tipo de actividades realizadas conjunta y coordinadamente por dos instituciones públicas o privadas de los países del Norte hacia países del Sur. Se entiende como Norte los países desarrollados y por países del Sur aquellos en vía de desarrollo o menos desarrollados. Después de la Segunda Guerra Mundial y a raíz de la polarización de fuerzas entre dos bloques, se empezó a denominar a los países de economía capitalista - en principio los países europeos desarrollados, EEUU, Canadá, Australia y, posteriormente, Japón- como países del Primer Mundo, a fin de diferenciarlos del socialista, Segundo Mundo. En la década de los 50, se incorporó el término Tercer Mundo, para hacer referencia a los países que no encajaban en ninguno de los dos anteriores - la mayoría de América Latina, África y Asia- muchos de los cuales habían estado bajo la dominación de los imperios coloniales. Con el fin del orden bipolar, los países del Primer Mundo pasaron a ser denominados "Norte" por el hecho de que la mayoría de ellos se localizan en el hemisferio Norte. A los demás países, ya fueran del Segundo o Tercer Mundo, se los clasifica como países del "Sur". Al hablar de cooperación en general se alude a todo tipo de relaciones que se establecen entre todo tipo de agentes. Es una expresión muy común, y casi siempre queda definida por el campo en el que se establecen esas relaciones y por los agentes que las establecen; así se hablará de cooperación militar entre gobiernos; cooperación técnica o económica entre empresas; cooperación científica entre universidades, etc. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los países del Norte emprendieron la búsqueda de una nueva articulación de las relaciones internacionales; pretendían determinar políticas económicas-comerciales hacia las economías emergentes de los países en vías de desarrollo, en un escenario de lucha por la supremacía entre las grandes potencias: EEUU y la Unión Soviética. Por un lado EEUU asume relaciones bilaterales con terceros países para atraerlos a su esfera de influencia política y económica, y por otro lado, los países europeos impulsaron políticas oficiales de cooperación bilateral basadas y orientadas principalmente hacia sus ex colonias. Como parte de estos hechos, a partir de los años 60, destaca una expansión también de la cooperación multilateral, creación de instituciones internacionales y regionales. Por otra parte, la iniciativa privada asume mayor importancia en el rol de la cooperación norte-sur con la propagación de las empresas multinacionales, como que tienen cada vez más importancia en las economías de países tanto del Norte cuanto del Sur. Uno de los resultados de esto fue el nacimiento de la cooperación para el desarrollo como consecuencia de las necesidades de reconstrucción, organización política, económica y social de Europa, EEUU y las nuevas naciones independientes. El término de cooperación para el desarrollo no tiene una definición única, válida para todo el tiempo y lugar. Sin embargo, se puede definir en términos generales como un conjunto de actuaciones de carácter internacional orientadas al intercambio de experiencias y recursos entre países del Norte y del Sur para alcanzar metas comunes basadas en criterios de solidaridad, equidad, eficacia, interés mutuo, sostenibilidad y corresponsabilidad; es decir: trabajo conjunto de instituciones y organizaciones sociales de países del Norte y del Sur, para avanzar en el desarrollo socioeconómico de estos últimos. El término Cooperación para el Desarrollo engloba tanto la Ayuda Oficial al Desarrollo como la Cooperación No Gubernamental. La Ayuda Oficial al Desarrollo es considerada como el conjunto de transferencias de recursos técnicos y financieros por parte de un país al Gobierno de un país subdesarrollado o a una institución multilateral, siempre y cuando cumpla con el requisito de ser concedida por el sector público del país donante, en cualquiera de sus representaciones. La cooperación al desarrollo puede ser de diferentes tipos, en función de los agentes implicados, del tipo de ayuda que se transfiere (fondos u otra transferencia), de si el recurso es público o no; de si es reembolsable o no, etc. Por lo tanto, podemos clasificar sus instrumentos y destinos como: a) Cooperación económica: fortalecimiento del sector productivo, infraestructura institucional, desarrollo de servicios. b) Preferencias comerciales: eliminación total y parcial de las barreras comerciales a las exportaciones de los países del Sur. c) Ayuda financiera: facilitar el acceso a capitales, inversiones productivas, líneas de crédito preferencial para la importación, canje, recompra o condonación de deuda. d) Asistencia técnica: fortalecimiento de las habilidades y capacidades técnicas presentes en los países del Sur, intercambio de experiencias y conocimientos entre países. e) Acción humanitaria: ayuda alimentaria, socorro, protección de derechos humanos, acompañamiento a las víctimas, presión política, denuncia, preparación, prevención y mitigación de desastres naturales, epidemias, conflictos armados y guerras. f) Cooperación científica y tecnológica: transferencia e intercambio de tecnologías aplicadas a servicios básicos de educación, salud y saneamiento; investigaciones compartidas. Sin embargo, la cooperación internacional al desarrollo puede ser usada como instrumento comercial de los países del Norte, especialmente con la ayuda ligada. Por otro lado, también suele ser usada como herramienta para evitar que conflictos internacionales o el desplazamiento de personas amenacen sus fronteras o perjudiquen la economía del país donante. La comunidad internacional y las fuerzas sociales más dinámicas, entre ellas las ONG, han reforzado y puesto en marcha nuevos mecanismos y políticas centrados en la solidaridad internacional. La Unión Europea, incluidos sus Estados, es hoy el mayor contribuyente neto a la financiación de estas políticas.

LAS EMPRESAS MULTINACIONALEs

En sentido estricto, una empresa multinacional, se define como aquella que realiza una actividad económica de ámbito multinacional. En realidad es un grupo de empresas formal y aparentemente independientes, que están sin embargo, recíprocamente entrelazadas hasta el punto de formar un todo complejo compacto, que responde a un mismo interés. Se entiende por actividad multinacional la extensión de la empresa a varios territorios estatales. En sentido amplio, una multinacional es un sistema de producción o prestación de servicios, integrado por unidades localizadas en distintos países, que responden a estrategias centralmente planificadas en una casa matriz cuyo control se basa prominentemente en la propiedad de todo o parte del capital social de las subsidiarias y que, a su vez, es poseída y dirigida por ciudadanos del país donde tal matriz tiene su domicilio. Sus operaciones en el extranjero igualan a las operaciones nacionales, pero las decisiones permanecen sometidas a influencias nacionales, por cuanto la propiedad y la dirección central siguen estando ubicadas en el país donde se localiza la empresa matriz. Por el contrario, las empresas transnacionales son también multinacionales pero las administran y poseen personas de diferentes naciones, razón por la cual sus decisiones transcienden la óptica nacional. Entre las causas explicativas del nacimiento de empresas multinacionales, así como de su creciente auge, se cuentan las siguientes: la necesidad de las empresas de aumentar su producción en búsqueda de las economías de escala, con la consiguiente necesidad de ampliar sus mercados no sólo nacionales sino también internacionales; el desarrollo de las empresas extractivas que necesariamente deben de instalarse en el territorio donde se encuentran las materias primas; las diferencias de costes; etc Entre sus características más sobresalientes, se encuentran: la de controlar la mayoría de los intercambios internacionales; tener más peso en la producción que en el empleo debido a su intensidad en el factor capital; una buena parte de ellas se localizan en EEUU debido al gran tamaño del mercado interno y su elevada tecnología. El procedimiento tradicionalmente seguido para convertirse en una empresa multinacional, consiste en la integración hacia delante (a través del marketing y distribución para dar a conocer su producto) y hacia atrás (control de las materias primas y procesos de fabricación) y la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I). Las multinacionales primero invierten en distribución, cuando los costes aumentan, lo hacen en producción y cuando quieren mantener el control, invierten en I+D+I. Desde los años 80 las empresas multinacionales son empresas globalizadas. Antes se adaptaban a los mercados locales, pero hoy abordan el mercado mundial como un todo. Para ello son necesarias una dirección estratégica y una sede mundial Las empresas multinacionales se pueden clasificar de muchas maneras, entre otras, en función de su estructura. En este caso, se distinguirían las empresas que adoptan una integración vertical con el fin del proceso -extracción, transformación, distribución y comercialización- de las que siguen una integración horizontal, es decir, las que mediante su especialización y adelanto tecnológico procuran imponerse como únicas o principales proveedoras en una determinada rama de actividad cubriendo todo el mercado con sus productos. Los orígenes de las empresas multinacionales se remontan al siglo XIV pero su primer desarrollo realmente importante comenzó a finales del siglo XIX y aparecen de manera simultánea en algunos países de Europa y en EEUU. Posteriormente se acelera su implantación en la medida en que lo hacen los avances científicos y tecnológicos en los cambios de los procesos de producción, distribución y consumo. Con todo, la principal expansión de este tipo de empresas se produjo después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente a partir de los años 60 del siglo pasado, y en ella jugaron un papel destacado las multinacionales de EEUU. En la actualidad existen empresas multinacionales cuyos activos y facturaciones superan al PNB de muchos países. De las 100 unidades económicas más grandes del mundo actualmente, la mitad son países y la otra mitad son empresas multinacionales. Ante esta situación se afirma que frente a ese poder tan enorme y ante su flexibilidad geográfica, el tradicional Estado-nación ha cambiado. En la medida en que las empresas multinacionales controlan una parte de las economías nacionales a través de sus filiales, puede, en efecto, presentar ciertos obstáculos a la autonomía económica nacional a la hora de articular su política general y la económica en particular. En este sentido, puede afirmarse que en determinados países menos desarrollados, las empresas multinacionales están desplazando a los Estados como unidad económica clave. En algunos aspectos, los Estados han adoptado diversas características de las empresas comerciales, en la medida en que intentan desarrollar estrategias para crear ventajas competitivas. Durante los últimos años, numerosos Estados se han embarcado en un frenesí de desregulación, especialmente en ciertos sectores (como los servicios financieros y las telecomunicaciones) que está acelerando el fenómeno de la deslocalización. Un problema importante es el relativo a la regulación de la conducta de las empresas multinacionales ya que no existe un verdadero derecho internacional al respecto. En la ONU se creó un grupo de trabajo de expertos en multinacionales que debía elaborar un informe sobre los efectos de estas empresas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó en 1977 una declaración de principios sobre empresas multinacionales y política social, pero este texto sólo tiene valor recomendatorio. Por su parte, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) aprobó en los años 60 una declaración y una serie de decisiones sobre inversiones internacionales y multinacionales; entre esas decisiones se incluyen una serie de directrices sobre las multinacionales y un compromiso de los Gobiernos a conceder un trato no discriminatorio a las empresas controladas por capital extranjero, pero han tenido un desarrollo muy pobre.

A Morgenthau le suceden

diversas generaciones de políticos y profesores, desde el realismo clásico de George Kennan y Henry Kissinger hasta el actual "realismo preventivo" de Condolezza Rice, pasando por el neorrealismo de Waltz. La aportación de este último autor es relevante y contiene los siguientes elementos: 1. El neorrealismo va más allá a la hora de concebir la centralidad del Estado que los realistas. Considera que la anarquía (el desorden de la sociedad internacional) limita la actuación y el funcionamiento del Estado. 2. La cooperación internacional es dificil de conseguir y de mantener. 3. Se preocupa no tanto por la cooperación como por la ganancia que le puede proporcionar esa cooperación al Estado que la promueve. 4. A causa de la anarquía, los Estados tienen que estar preocupados por su propia seguridad y, por lo tanto, por las causas y efectos de la guerra. La seguridad y la guerra es lo que motiva el comportamiento de los estados. 5. A los neorrealistas les interesa más las capacidades de los Estados (sus recursos estratégicos) que las intenciones de cooperar. Hay en la cooperación un sesgo negativo. 6. Los neorrealistas no confían en las instituciones internacionales porque consideran que no tienen ni capacidad ni recursos para limitar la anarquía internacional. Todo este proceso hasta llegar al realismo preventivo ha sido la excusa perfecta para ganar las distintas cátedras de Relaciones Internacionales, y sobre todo la búsqueda de argumentos científicos y racionales que justificaran el comportamiento internacional histórico de los Estados Unidos. El actual realismo preventivo, como ocurre con la nueva Doctrina Exterior y de Seguridad, concilia pasado y presente, en una coherencia medida entre los nuevos retos de seguridad en el sistema internacional y el sentimiento nacional histórico de los Estados Unidos. Pero sobre todo es una expresión clara del unilateralismo que recorre los nuevos objetivos diplomáticos, económicos y militares de los Estados Unidos en esta fase de la globalización, donde el conflicto con Irak ha sido interpretado como la prueba de fidelidad para la asignación de lo nuevos papeles que deberán jugar el resto de los "actores secundarios", entre ellos Naciones Unidas y los divididos Estados europeos (condicionando el futuro de la Política Exterior de Seguridad Común y de la Política Europea de Seguridad y Defensa y el proceso de integración europea). En los años que van de la era de George Bush y el final de la Guerra Fría, a la era de George W. Bush y el principio de la Guerra Antiterrorista -las tres fases en la globalización a las que nos hemos referido- la diplomacia estadounidense ha aprendido bastante; ha tenido que asumir y administrar esa transformación que supuso pasar de la dominante visión geoestratégica en la mayor parte del siglo XX, a una lectura principalmente económica y comercial de sus intereses Nacionales como principal desafío para este Siglo. Aún con todo, que no es poco, incluso después de lo que supuso el 11 de septiembre y las guerras en Afganistán e Irak, su idea actual de la naturaleza esencial del sistema internacional no ha sufrido cambios: confiar de forma decidida y casi exclusiva en sus propias capacidades, en su fuerza y en lo justo de sus ideales. Asumir un liderazgo deseado, en algunos casos, o reclamado por el resto de la comunidad internacional, en otros, para dar respuesta a estos nuevos desafíos.

Origen y Evolución

Antes de 1860 no se habían celebrado reuniones internacionales que no fueran las consabidas conferencias de paz al final de ciertos conflictos, como la paz de Westfalia de 1648 o el Congreso de Viena de 1815 (origen de la Comisión Central para la Navegación del Rin ) y el Protocolo de Aquisgrán de 1818 por el que nació el Concierto de los poderes europeos tras la derrota de Napoleón. Con el sistema de conferencia se pactaron, a lo largo del siglo XIX, unas 50 convenciones internacionales sobre cuestiones técnicas, económicas, comerciales y humanitarias creadoras de "derecho internacional" aceptado por diversos Estados. De acuerdo con los registros de Naciones Unidas, hay en la actualidad 2.323 acuerdos intergubernamentales multilaterales en vigor. El sistema internacional da un paso más cuando se pasa de las simples conferencias a la creación de organizaciones internacionales con forma de uniones administrativas, de carácter técnico, que por su estructura y mayor permanencia son el antecedente más destacado de las organizaciones internacionales actuales. La primera organización internacional que se creó y que hoy todavía existe (con sede en Estrasburgo) fue la Comisión Central para la Navegación del Rin establecida en 1815 por el Congreso de Viena para garantizar la libertad y la seguridad de navegación por dicho río. Posteriormente, se crearon en 1865 la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (con el nombre de Unión Telegráfica Mundial) y en 1874 la Unión Postal Universal. En 1875 establecieron de forma similar la Unión Telegráfica Universal y quince años después se creó la Unión para la publicación de los Aranceles de Aduanas, mientras que en 1905 se establecía el Instituto Internacional para la Agricultura, precursor de la actual FAO. Las organizaciones internacionales reciben un gran impulso durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ya que por el Tratado de Versalles (1.919), nace la Sociedad de Naciones (SDN), primera organización de fines generales dirigida al mantenimiento de la paz, estructurada en torno a una Asamblea General formada por representantes de todos los Estados miembros, un Consejo restringido y un Secretario. Sobre la base del mismo Tratado de Versalles nace la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo) La idea del presidente norteamericano Wilson (a pesar de que EEUU se negó a entrar en ella) fue que la nueva organización internacional sirviera para resolver los litigios internacionales (para lo que se creó el Tribunal Permanente de Justicia Internacional) y permitiera la creación de derecho internacional mediante la convocatoria de periódicas conferencias internacionales. En la década de 1920 se producen una serie de movimientos "idealistas y federalistas" que tratan de impulsar una federación mundial de Estados, si bien los nacionalismos que van apareciendo en los treinta muestran que son los "realistas" defensores de la soberanía a ultranza de los Estados los que hacen triunfar sus ideas. En este contexto de imposibilidad de llegar a la unión universal de Estados que querían los "idealistas-federalistas", las ideas "funcionalistas" permiten hacer admitir a los Estados soberanos que hay una serie de funciones internacionales que son mejor cubiertas si cada Estado renuncia a ciertos elementos de soberanía nacional a favor de organizaciones internacionales especializadas. La creación de la Organización de las Naciones Unidas por la Carta de San Francisco de 1945 a finales de la Segunda Guerra Mundial respondió a estos criterios al rodearse la Organización propiamente dicha de toda una constelación de agencias especializadas en áreas concretas en las que los Estados estaban dispuestos a hacer dejación de su soberanía a favor de una organización internacional especializada. Junto a ella, proliferan las Organizaciones Internacionales con fines económicos, políticos, técnicos, militares, etc., debido, unas veces a la necesidad de cooperación y otras a antagonismos ideológicos. De acuerdo con el Anuario de Organizaciones Internacionales correspondiente a 2004/2005 publicado por la Unión de Asociaciones Internacionales, existen en la actualidad 245 organizaciones internacionales intergubernamentales fruto de convenciones mundiales de las cuales una es de carácter general (Naciones Unidas), 34 son organizaciones de carácter universal, 33 de carácter intercontinental y 177 de carácter regional, existiendo también otros 1.743 organismos internacionales y regionales intergubernamentales de otro carácter. El sistema mundial de organizaciones internacionales se completa con un total de 7.261 organizaciones no gubernamentales convencionales de carácter universal o regional. En estos últimos años ha habido una explosión de organizaciones internacionales no gubernamentales (ONGs) de todo tipo existiendo en la actualidad entre organizaciones no gubernamentales activas e inactivas unas 30.000 organizaciones internacionales de tipo no gubernamental.

Fases de la PESC y PESD:

El precedente se encuentra en el Acta Única Europea, donde se incluye un artículo referido a la cooperación en materia de política exterior. Se trasluce en forma de mecanismo sencillo de posiciones y acciones comunes en la relación con elresto del mundo. Posteriormente el Tratado de la Unión Europea, de Maastricht establecía la solidaridad exterior con el resto del mundo como principio fundamental regulador del denominado segundo pilar de la UE, el de la política Exterior y de Seguridad Común. La necesidad de estructurar la PESC fue uno de los elementos que más pesaron en la reforma de los tratados y, por otro lado, la obtención de un consenso al respecto en la discusión del Tratado de la Unión Europea fue una labor larga y difícil. En la solución de la cuestión referida a la futura seguridad europea se centraba el éxito de este proceso, que tenía y tiene como última ambición la unidad política y la regulaciónde una política exterior común. El Tratado de Ámsterdam consiguió avanzar en el desarrollo de la PESC. Se consiguió flexibilizar el criterio de la unanimidad en el voto para la adopción de las decisiones en ese ámbito. A tenor de las crisis y los conflictos bélicos, incluso alguno de ellos dentro del escenario europeo, se empieza a ver la necesidad de tener instrumentos para ejecutar y llevar a cabo la PESC, y de vincular a la misma una Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD). La reunión de los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (Consejo Europeo) celebrada en Feira en el año 2000 señalaba que la Unión Europea debería ser capaz de asumir sus responsabilidades en toda la gama de misiones de prevención de conflictos y gestión de crisis. Para conseguir este objetivo era necesario dotarse de capacidades militares que pudieran desplegarse con rapidez y se deberían fijar rápidamente objetivos colectivos con relación a estas capacidades en materia de mando y control, inteligencia y transporte estratégico. El Tratado de Niza abrió el camino a la reforma institucional necesaria para la ampliación de la Unión Europea a los países del este y sur de Europa, hasta llegar a los 27 Estados que hoy forman parte de la Unión. En el ámbito de la PESC, se establecía un mecanismo de mayor flexibilidad para que los Estados que así lo dedieran pudieran, de forma voluntaria, desarrollar acciones o posiciones comunes exteriores. Este sistema se denomina de cooperaciones reforzadas. Por último, el Tratado por el que se establece una Constitución Europea del año 2004 consagraba los instrumentos tradicionales de la PESC: las posiciones comunes y las acciones comunes. No obstante, el rechazo ciudadano a la ratificación del texto constitucional supuso su no entrada en vigor. En la descripción de este desarrollo histórico, se comprueba que existe un problema significativo que limita la voluntad de algunos Estados para avanzar en el terreno de laseguridad y defensa. Este problema se deriva de en gran parte de la división histórica existente entre los diferentes estados miembros respecto a las políticas de seguridad común. La solución en el ámbito de las políticas de seguridad y defensa no era fácil. Partía por definir el nivel de independencia y autonomía que deseaba la UE para ambas, frente a por ejemplo, los EEUU y la OTAN. La UE ha ido poco a poco definiendo líneas de continuidad estables y permanentes en su política exterior y de seguridad. Para ello, cuenta con una visión propia del contexto internacional, su papel en el mismo, los riesgos y oportunidades que afectan a sus intereses y los valores fundamentales que defiende. El Tratado de Lisboa pretende reforzar el papel de la Unión Europea (UE) en el plano internacional. En consecuencia, las reformas introducidas por el tratado buscan aumentar la coherencia y proporcionar mayor visibilidad a la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE. En el ámbito de la acción exterior, el Tratado recoge cinco objetivos principales de la acción exterior de la Unión Europea: 1. La defensa de los valores comunes, los intereses fundamentales y la independencia de la Unión. 1. El fortalecimiento de la seguridad de la UE y de sus Estados miembros en todas sus formas. 1. El mantenimiento de la paz y el fortalecimiento de la seguridad internacional, de conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Acta final de Helsinki y con los objetivos de la Carta de París. 1. El fomento de la cooperación internacional. El desarrollo y la consolidación de la democracia y el Estado de Derecho, así como el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.

LA SEGURIDAD GLOBALIZADA Y LOS NUEVOS CONFLICTOS

En el proceso de la globalización estamos viviendo una etapa que, de forma inevitable, se abre con el 11 de septiembre de 2001 y que llegaría al momento actual. En aquella fecha coinciden tres elementos que condicionan esa nueva etapa, en la que Estados Unidos asumen un nuevo papel como el sujeto internacional más destacado en el sistema internacional, y en la que el objetivo será la búsqueda de una seguridad absoluta internacional en profunda conexión con la política exterior estadounidense para este siglo XXI. Son tres los elementos que provocan este cambio: 1. Un acontecimiento traumático: Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra los centros de poder económico, político y militar de EE.UU. Son el detonante de este cambio de tendencia por lo que suponen de alteración del concepto vigente de seguridad mundial. 2. Un momento político propicio. En ese momento gobernaba EEUU una administración republicana, que había iniciado su primera legislatura pocos meses antes de los atentados. En esa administración se integraron hombres de profundas convicciones conservadoras, vinculadas con la defensa de la supremacía estadounidense en el mundo, como Donald Rumsfeld (secretario de Estado de Defensa) y Paul Wolffowitz, como su subsecretario. 3. Un auge de las ideas neoconservadoras y neoliberales en la opinión pública estadounidense. Esta nueva revisión de las ideas conservadoras se había iniciado con la revolución conservadora de 1994 durante el primer mandato de Clinton. Estos tres hechos confluyen en septiembre de 2011 en el proceso de globalización y determinan un nuevo papel de los Estados Unidos como el sujeto internacional más destacado en el sistema internacional, con por la prioridad absoluta de las cuestiones de seguridad. Podrían señalarse tres características en esta etapa: 1. El calificativo económico y comercial de la globalización, propio de las anteriores etapas, deja paso a los componentes político, militares y estratégicos (como ocurriera durante la Guerra Fría). 2. La afirmación de un liderazgo político y militar al que se supeditan todas las dinámicas globalizadoras. 3. La afirmación de un unilateralismo hegemónico en el proceso de globalización frente a las dinámicas multilaterales. Esta nueva visión del proceso de globalización enlaza con la Estrategia de Seguridad Nacional puesta en marcha en el año siguiente por los Estados Unidos en este periodo, en cuatro aspectos principales: 1. En la vuelta a los objetivos estratégicos y militares ya que la Estrategia de Seguridad Nacional promulga la acción militar preventiva contra Estados hostiles y grupos terroristas que detente o intenten elaborar armas de destrucción masiva. 2. En la afirmación indiscutible de un liderazgo político, militar y económico en el sistema internacional al que se supedita todo lo demás dentro del proceso de globalización: la Estrategia de Seguridad Nacional declara que Estados Unidos no permitirá que ninguna potencia extranjera le dispute su poderío militar en el mundo. 3. En el ejercicio del unilateralismo: aunque la Estrategia de Seguridad Nacional hace referencia a la cooperación multilateral internacional, indica claramente que los Estados Unidos no dudarán en actuar solos en caso necesario. Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, en la política exterior y de seguridad de los Estados Unidos el resto de los sujetos internacionales han pasado a un segundo plano, y parece aún más clara la idea permanente en la diplomacia estadounidense de la no necesidad de pedir la autorización del Consejo de Seguridad para las operaciones militares en terceros países y renunciando expresamente a la legalidad internacional. No obstante, en este punto existen quienes, de forma esperanzadora, intentan descubrir nuevas posiciones y cambios en su política exterior estadounidense que permitan abrigar una mayor tranquilidad, paz y estabilidad en el mundo, sobre todo tras la victoria de Obama y la última versión de la estrategia de Seguridad Nacional, a la que dedicamos un breve apartado. 4. La extensión de los valores occidentales (incluidos el liberalismo económico) como valores universales de global imposición: la Estrategia de Seguridad Nacional proclama como objetivo la extensión de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, particularmente en el mundo musulmán. Esta nueva estrategia global adoptada por EE UU introduce la lucha contra el terrorismo internacional, o contra los Estados que patrocinan el terrorismo, como primer punto en la agenda global. Una modificación que viene determinada por una nueva valoración en la jerarquía de las amenazas que ponen en riesgo el sistema internacional. Ahora esas amenazas son las "redes del terror", que incluyen, no sólo a los terroristas, sino también a los países que les dan apoyo. De acuerdo con esta visión, los Estados Unidos hacen coincidir sus compromisos en la era de la globalización con la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, postulando el uso de la fuerza militar contra los terroristas y contra los estados que patrocinan el terrorismo, que intenten obtener o utilizar las Armas de Destrucción Masiva. Estas son las amenazas más graves que, según esta visión determinante para el devenir del sistema internacional actual, tienen que resolver los distintos sujetos internacionales. Frente ello, la Doctrina de Seguridad defiende el uso preventivo de la fuerza frente a ataques inminentes, amplía el significado de la prevención e incluye acciones militares "aunque exista incertidumbre en cuanto al momento y lugar del ataque del enemigo". Este cambio supone una revisión en la tradicional corriente aislacionista en los estados Unidos. La guerras en Afganistán e Irak así como el incremento de enfrentamientos civiles y militares en Oriente Próximo son los más claros exponentes de la puesta en práctica de la nueva doctrina de la seguridad globalizada que tiene como principal punto de su "agenda": la lucha contra el terrorismo internacional La nueva doctrina posee ciertas debilidades en su aplicación. La primera de ellas tiene que ver con la línea que separa la intervención preventiva y la prevención, más aún teniendo en cuenta, como se ha visto en el caso de Irak, que las pruebas para justificar esa intervención preventiva pueden falsearse. Otra debilidad también tiene que ver con la supremacía militar, porque la nueva estrategia reconoce confiadamente la posición de poderío de Estados Unidos en el mundo en una actitud de cierta soberbia. Sobre todo, cuando es poco probable que Estados Unidos tome medidas deliberadas para retardar el crecimiento económico y militar de posibles grandes potencias como China o India o cuando las circunstancias económicas internas puedan dar al traste con esa ambición. Un aspecto también discutible de esta doctrina de la seguridad globalizada es aquel referido a un "nuevo multilateralismo", recogido en documento y que está contrapuesto a la voluntad de "actuar solos" si las circunstancias lo requieren. La voluntad de coordinar esfuerzos para establecer una política de seguridad globalizada, se disipa cuando priman los intereses nacionales políticos, económicos, industriales o electorales en los Estados Unidos. Por último, otra dificultad para mantener esta globalización universal de la seguridad se agrandan si se comete el error de considerar que Estados Unidos conduce la única política exterior mundial limitando la acción de cada gobierno soberano. En este sentido, es imprescindible considerar que en la sociedad internacional actual existe un numeroso conjunto de actores que no son Estados. En todo caso, y a pesar de las debilidades que hemos visto, podemos afirmar que la actual Doctrina de los Estados Unidos para esta nueva era de la globalización en el siglo XXI ha calado muy hondo en el sentimiento nacional del pueblo estadounidense La nueva Estrategia de Seguridad Nacional consistente en eliminar cualquier ataque antes de que éste se produzca, no supone renunciar a cinco décadas de doctrina estratégica, echando por tierra los principios de contención y disuasión que dominaron la política exterior de los Estados Unidos durante la Guerra Fría. Muy al contrario, la supremacía de esta nueva definición asume confiadamente la posición de total poderío de Estados Unidos en el mundo, renunciando a su complejo aislacionista y afirmando que el objetivo prioritario de su acción exterior es la eliminación física de un "enemigo" que no puede ser disuadido de otra forma. Podría señalarse que las "Acciones Preventivas" son una interpretación primaria de la teoría de la disuasión que retoma la tradición hegemónica de la Idea de América de Roosevelt.

El futuro inmediato de la ayuda al desarrollo

Europa comenzó en 2011 una nueva política de ayuda exterior, el Programa para el Cambio, tiene como objetivo centrar la asistencia en los 48 países menos adelantados, casi todos ellos del África subsahariana. El plan, presentado por primera vez en octubre de 2011 y aprobado en mayo de 2012, pone el énfasis en la mejora de la gobernanza y la protección social en los países en desarrollo, al mismo tiempo apoyar a la agricultura y la ampliación de acceso a la energía para impulsar el crecimiento. Los elementos fundamentales del Programa para el Cambio son, por una parte, los derechos humanos, la democracia y la buena gobernanza y, por otra, el crecimiento sostenible e integrador. Este crecimiento sostenible e integrador se estimulará a través de la promoción de la integración social y del desarrollo humano, el trabajo digno, la integración regional y empresarial, la agricultura sostenible, el suministro de energía y el acceso a la misma. Se propone un enfoque diferenciado. Esto significa que, en el contexto del próximo Marco Financiero Plurianual de la UE, algunos países, especialmente los que ya son en la actualidad donantes de pleno derecho, dejarán de recibir ayuda o recibirán menos. A estos países se les ofrecerán formas alternativas de cooperación. Este nuevo enfoque permitirá a la UE estar mucho mejor situada para promover y defender sus valores fundamentales y respetar sus compromisos internacionales con sus vecinos, especialmente con los que están en vías de adhesión a la UE y con los países en proceso de transición, así como con los más pobres y vulnerables del mundo. Otras características de la nueva política son la mejora de la coordinación de los donantes, en particular de los Estados miembros de la UE, para evitar la duplicación de esfuerzos y garantizar mayor coherencia e impacto. La UE dará prioridad a los sectores con mayor capacidad para reducir la pobreza, como la gobernanza, la protección social, la salud, la educación, el empleo, la agricultura y la energía. En el futuro, la ayuda bilateral a los países se destinará a un máximo de tres sectores. Instrumentos innovadores como la combinación de subvenciones y préstamos y la inclusión del sector privado también forman parte de la actualización de la política En febrero de 2013, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE alcanzaron un compromiso sobre el marco financiero plurianual de la Unión Europea para el periodo 2014-2020. Este nuevo presupuesto recoge en política exterior los objetivos del "Programa para el cambio" y pone de manifiesto el compromiso de la UE de ayudar al mayor número de personas posible con cada céntimo de euro gastado, y el deseo de respetar el compromiso de que la ayuda de la UE al desarrollo represente el 0,7 % de su PIB en el año 2015 que, por otro lado, es la fecha límite para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. Se establecen nueve instrumentos con un importe total propuesto para estos nueve instrumentos durante el periodo 2014-2020 es de 96.249,4 millones EUR (a precios corrientes). Instrumento de Preadhesión (IPA): 14 110 millones EUR Instrumento Europeo de Vecindad (IEV): 18 182 millones EUR Instrumento de Cooperación al Desarrollo (ICD): 23 295 millones EUR Instrumento de Asociación (IA): 1 131 millones EUR Instrumento de Estabilidad (IE): 2 829 millones EUR Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH): 1 578 millones EUR Instrumento de Cooperación en materia de Seguridad Nuclear: 631 millones EUR Instrumento para Groenlandia: 219 millones EUR Fondo europeo de desarrollo (FED, fuera de presupuesto de la UE): 34 276 millones EUR

En la cooperación bilateral no reembolsable

se incluyen las transferencias realizadas en efectivo o en bienes y/o servicios respecto a las cuales el beneficiario no contrae ninguna deuda legal. La cooperación no reembolsable se compone de la ayuda humanitaria; los programas de apoyo a la balanza de pagos, a las importaciones y al presupuesto del país receptor; la cooperación científica y técnica; las subvenciones a ONGD y los programas de reducción de deuda. La principal ventaja de la cooperación que no es reembolsable es que no incrementa la posición deudora del país, lo que resulta esencial para países sobreendeudados y para sectores con tasas de retorno elevadas en el largo plazo pero bajas en el corto plazo, como el social o el medioambiental.

En cuanto a la organización, debemos distinguir dos tipos de órganos: A. ÓRGANOS PRINCIPALES:

1. La Asamblea General es el principal órgano deliberante en el que están representados todos los Estados miembros, cada uno con un voto. Para los temas importantes se necesita la mayoría de dos tercios. El trabajo de la Asamblea General se lleva a cabo en Pleno o bien a través de seis Comisiones principales: Desarme y Seguridad Internacional; asuntos Económicos y Financieros; Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales; Política especial y Descolonización; Asuntos de Administración y de Presupuesto; y Comisión Jurídica. La Asamblea General da el impulso político anual a los trabajos de la Organización y revisa lo que se ha realizado en el ejercicio anterior. Convoca, además, las "grandes conferencias internacionales" de las que salen los correspondientes programas de acción en áreas específicas. 2. El Consejo de Seguridad se compone de cinco miembros permanentes con derecho de veto (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) y diez miembros elegidos por la Asamblea General por periodos de dos años, y es competente en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. El Consejo de Seguridad es el único Órgano de las Naciones Unidas cuyas decisiones están obligadas a cumplir todos los Estados miembros. 3. El Consejo Económico y Social (ECOSOC). Es el órgano coordinador de la labor económica y social de las Naciones Unidas y de los Organismos, agencias e instituciones especializadas que constituyen el "Sistema o Familia de las Naciones Unidas". 4. El Consejo de Administración Fiduciaria está formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Al crear un régimen internacional de administración fiduciaria, la Carta estableció el Consejo de Administración Fiduciaria como uno de los órganos principales de las Naciones Unidas y le asignó la función de supervisar la administración de los territorios en fideicomiso puestos bajo el régimen de administración fiduciaria. Los propósitos del régimen de administración fiduciaria se han cumplido a tal punto que todos los territorios en fideicomiso han alcanzado el gobierno propio o la independencia, ya sea como Estados separados o mediante su unión con países independientes vecinos. De hecho, el Consejo de Administración Fiduciaria suspendió sus operaciones formalmente el 1 de noviembre de 1994. 5. La Corte Internacional de Justicia es la continuadora de la idea iniciada con la creación por la Primera Conferencia de Paz de La Haya de 1899 de la Corte Permanente de Justicia Internacional que funcionó en el contexto de la Sociedad de Naciones. Por ello su sede está en La Haya. Su Estatuto forma parte integral de la Carta de las Naciones Unidas. Es el principal órgano judicial de la ONU. Resuelve controversias entre los Estados y emite opiniones consultivas tanto para las Naciones Unidas como para sus organismos especializados. 6. La Secretaría está compuesta por un Secretario General y por el personal que requiera la Organización y se ocupa de desarrollar la labor cotidiana de las Naciones Unidas. Cuenta actualmente con más de 43.000 funcionarios distribuidos en todo el mundo[1]. Aunque su Sede está en Nueva York, las Naciones Unidas tienen oficinas desplegadas en casi todos los países. El Jefe de la Secretaría es el Secretario General, que es nombrado por la Asamblea General a propuesta del Consejo de Seguridad por un periodo de cinco años renovables. B. AGENCIAS ESPECIALIZADAS, ORGANIZACIONES RELACIONADAS, FONDOS, Y OTROS ORGANISMOS DE LAS NACIONES UNIDAS: La Carta posibilitaba que cada órgano pudiera establecer los organismos subsidiarios que estimara necesarios para el desempeño de sus funciones. De ahí que existan organismos dependientes de la Asamblea General, del ECOSOC, del Consejo de Seguridad y de la Secretaría General. 11. Las Agencias especializadas de Naciones Unidas son una pieza importante del engranaje global. Las organizaciones internacionales especializadas tienen como característica su vocación hacia la universalidad, es decir, están abiertas a todos los Estados de la Tierra y además, se proponen unos fines concretos o específicos de vocación social, económica y técnica. La Carta de las Naciones Unidas contiene de hecho una definición de los organismos especializados, al decirnos que son "aquellos establecidos por acuerdos intergubernamentales, que tengan amplias atribuciones internacionales definidas en sus Estatutos relativos a materias de carácter económico, cultural, educativo, sanitario y otras conexas y que están vinculados a la Organización de las Naciones Unidas por medio de un acuerdo entre ambos". La agencia más antigua es la Organización Internacional del Trabajo (creada por el Tratado de Versalles en complemento a la Sociedad de Naciones) y la más modernas son Habitat, creada en el 2001 y la Oficina de las Naciones Unidas sobre Droga y Crimen establecida en 2004. 2. Las Naciones Unidas han organizado en estos últimos años numerosas Cumbres que han adoptado Programas de Acción de gran interés (PNUMA, PMA, los Objetivos del Milenio etc) para coordinar la acción de la comunidad internacional en una serie de campos. El inicio de tal ciclo de cumbres suele situarse en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo a la que siguieron, entre otras, la Conferencia Mundial sobre Población, la Conferencia sobre las Mujeres, la Cumbre del Milenio,....o la más reciente Conferencia del Clima de Doha, celebrada en 2012. Hay que destacar, por otra parte, que la Familia de las Naciones Unidas se ha ido ampliando a medida que el sistema internacional ha debido ir afrontando nuevos retos y amenazas. Existen, al mismo tiempo, casi permanentemente, nuevas propuestas de mejora y reforma del sistema tanto respecto a áreas de actuación (por ejemplo, la cuestión del terrorismo) como respecto a los mecanismos de toma de decisiones, composición y poder de votación en los órganos de gobiernos (por ejemplo, la composición del Consejo de Seguridad y sus miembros permanentes a la luz de las relaciones de poder en el mundo actual o la búsqueda de nuevas opciones presupuestarias que impidan las estrecheces que hoy padece la Organización y que eviten los retrasos que crónicamente se vienen produciendo en la aportación de las contribuciones debidas)

La Unión Europea y la Cooperación al Desarrollo Principios generales de la política de desarrollo, acciones en el ámbito mundial, prioridades en la política de desarrollo, SCPG, la ayuda humanitaria ECHO, la cooperación en el mundo de hoy.

A diferencia de otras organizaciones internacionales intergubernamentales existentes, la Unión Europea es la única del mundo que puede ser calificada de supranacional. Ello es así porque sus Estados miembros han sido capaces, desde el principio de su andadura en común en la década de los cincuenta del siglo XX, de ceder progresivamente parcelas de su soberanía en distintos ámbitos. En cuanto a relaciones exteriores respecta, éstas comenzaron siendo sobre todo comerciales, pero pronto se ampliaron al ámbito de la cooperación. Otros ámbitos propios de la dimensión externa de la UE, como la política exterior y de seguridad, hubieron de esperar a que el propio proceso de integración madurara lo suficiente (la Unión Europea no incluye la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) en un tratado hasta febrero de 1992). En el año 2008, el 60% de toda la ayuda oficial al desarrollo del mundo provino de la Unión Europea y sus Estados miembros. La Comisión Europea, que dirige los programas de ayuda exterior de la UE, gestiona 7.500 millones de euros al año -el equivalente a una quinta parte de la ayuda oficial al desarrollo en todo el mundo. Aunque la Unión Europea tiene tras de sí una larga y extensa trayectoria política de cooperación al desarrollo, ésta no se convirtió oficialmente en una política común hasta 1993, fecha de adopción del Tratado de Maastricht. El Tratado de Lisboa, que comprende el Tratado de la Unión Europea (TUE) y el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), mantiene los principales elementos de los Tratados anteriores e introduce algunos cambios importantes en el ámbito de las relaciones exteriores. La Unión Europea adquiere personalidad jurídica y sustituye a la Comunidad Europea. La ayuda humanitaria queda, por otro lado, incluida en un Tratado por primera vez en la historia. El nuevo Tratado crea, además, el puesto de Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Vicepresidente de la Comisión, cuya tarea es velar por la coherencia de la acción exterior de la Unión y asumir las «responsabilidades que incumben a la misma [= la Comisión] en el ámbito de las relaciones exteriores y de la coordinación de los demás aspectos de la acción exterior de la Unión». El Alto Representante se verá apoyado en esta tarea por el nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). El SEAE ejercerá labores de coordinación y consulta con los servicios de la Comisión pertinentes en la materia, a saber, aquellos que tengan responsabilidad directa sobre las relaciones exteriores y las políticas de desarrollo, y los que gestionen políticas internas que posean una importante dimensión exterior. Entre la segunda mitad de 2010 y el 2011, la Comisión Europea atravesó un proceso de redefinición de las responsabilidades y funciones de sus Servicios y Direcciones generales, y especialmente de los que manejan las relaciones externas, incluida la cooperación al desarrollo. Entre otros, esto conllevó la desaparición de la Dirección General (DG) Relaciones Externas, cuyas funciones fueron absorbidas por el Alto Representante y el SEAE, y la fusión entre las anteriores DG Desarrollo y DG EuropeAid, que originó la nueva DG Desarrollo y Cooperación EuropeAid. Esta última desempeña las tareas de elaborar las políticas europeas en materia de desarrollo y de ofrecer asistencia en los países receptores, erogando la ayuda mediante varios instrumentos financieros, y velando para garantizar su calidad y su eficacia. En este contexto, la DG Desarrollo y Cooperación EuropeAid realiza además las siguientes actividades: coordina las relaciones operativas con los otros donantes internacionales,asegura la preparación y la difusión de la información relativa a las convocatorias y las licitaciones para la asignación de los recursos, y garantiza el monitoreo y la evaluación de las actividades. Otro actor clave en las relaciones externas está representado por las Delegaciones en los países terceros. También su estatus fue modificado por el Tratado de Lisboa: en la actualidad representan plenamente la Unión Europea en su conjunto (y no, como era antes, únicamente la comisión) y dependen de la jurisdicción del SEAE en vez que de la antigua DG Relaciones Externas. En lo referente a cooperación al desarrollo, la importancia de las Delegaciones ha ido creciendo en los últimos años y hoy día operan directamente las convocatorias y las licitaciones para la asignación de los recursos y las actividades de supervisión de los proyectos realizados en los países receptores de la ayuda comunitaria El artículo 208 del TFUE enmarca la política comunitaria de cooperación al desarrollo en el contexto de los principios y objetivos de la acción exterior de la Unión. Las políticas de cooperación al desarrollo de la Unión y de los Estados miembros se complementan y refuerzan entre sí. El objetivo primario de la política de cooperación al desarrollo de la UE es la reducción -y, a largo plazo, erradicación- de la pobreza; tal objetivo es perseguido de acuerdo con los fines y compromisos adoptados por la UE y los Estados miembros en el seno de las Naciones Unidas -en particular, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)- y de otros foros y organizaciones internacionales pertinentes. Los principios rectores de la política de cooperación al desarrollo de la UE se consolidaron y profundizaron con la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda (marzo de 2005), por la que los países y organizaciones donantes se comprometieron a incrementar la armonización y a gestionar la ayuda con un mayor énfasis en la consecución de resultados. El Consenso Europeo sobre el Desarrollo, una declaración conjunta aprobada en 2006 por las tres principales instituciones de la UE y los Estados miembros, estableció una nueva y más amplia lista de prioridades, basada en los ODM y la Declaración de París. El tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, celebrado en Accra en septiembre de 2008, se propuso acelerar las reformas en los métodos de colaboración entre los países desarrollados y en desarrollo, para garantizar un uso correcto del dinero gastado en la ayuda al desarrollo. El Foro aprobó el Programa de Acción de Accra (PAA). Los países en desarrollo se comprometieron a ejercer un mayor control sobre su propio futuro, y los donantes y otros actores en el ámbito del desarrollo, a prestar y gestionar la ayuda con eficacia, y a coordinarse mejor entre sí. Ambas partes acordaron rendirse cuentas mutuamente entre sí y ante sus ciudadanos.

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN LA CIENCIA Y LA CULTURA (UNESCO).

Con sede en París, la UNESCO es la una organización Internacional del Sistema de las Naciones Unidas creada en 1946. El objetivo fundacional de la UNESCO es coadyuvar a la paz y a la seguridad mundial a través de la colaboración entre las naciones por medio de la ciencia, la cultura y las comunicaciones. Esto se traduce en la denominada "cultura de paz" y en un desarrollo humano y sostenible cuyas manifestaciones más importantes son la promoción de la educación para todos y la lucha contra el analfabetismo, el fomento de la investigación científica mediante programas científicos internacionales, el estímulo a los valores culturales nacionales e indígenas y la conservación del patrimonio cultural, tratando de que la modernidad y la globalización no hagan perder los valores identitarios ni la diversidad cultural. La UNESCO promueve también la libertad de información, la libertad de prensa y el desarrollo de medios de comunicación pluralistas y apoya también el fortalecimiento de las capacidades de comunicación de los países en desarrollo. Con respecto al sector educativo, la UNESCO ayuda a lograr una educación básica para todos de acuerdo con los Objetivos del Milenio aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000, a promover una educación superior y a formar cuadros docentes y administradores públicos para la planificación y l gestión educativa a nivel nacional y local. En esta misma área, la UNESCO impulsa la creación de escuelas con el equipamiento requerido de acuerdo con las necesidades existentes y la edición y la lectura de libros. En el terreno de las ciencias naturales, la UNESCO promueve el programa sobre el Hombre y la Biosfera así como programas internacionales sobre cuestiones hidrológicas, geológicas y oceanográficas impulsando la formación de científicos del Tercer Mundo. En el área de las ciencias sociales y humanas, la UNESCO promueve actividades en defensa de los derechos humanos y la democracia mejorando la condición jurídica de las mujeres y de los pueblos indígenas, así como la conservación y promoción de las culturas, tradiciones e idiomas minoritarios. En relación con la protección de la cultura y el patrimonio cultural y preocupada por las destrucciones de las dos guerras mundiales y por la posible desaparición de templos egipcios ante la construcción de la presa de Asuán, la UNESCO promovió la Convención para la salvaguarda del Patrimonio Cultural (World Heritage List) que dio lugar a la lista de Lugares patrimonio de la Humanidad alcanza casi un millar de lugares en 140 países y otros elementos del patrimonio inmaterial de los pueblos. [1] Según indica la página web de Naciones Unidas. En el texto del Diccionario que nos aportan como básico en la asignatura se apunta lo siguiente: La Secretaría cuenta con unos 15.000 funcionarios distribuidos en Nueva York y las subsedes de Ginebra, Viena y Nairobi así como en el resto de lugares donde la Organización lleva a cabo su labor.

EL TRATADO DE LISBOA

El Tratado de Lisboa responde a la necesidad de reformar la estructura y el modo de funcionamiento de la UE. Las sucesivas ampliaciones de la UE habían elevado el número de Estados miembros a 27 y, por tanto, era preciso adaptar el funcionamiento de las instituciones y las modalidades de toma de decisiones a nivel europeo. De esta forma, el Tratado de Lisboa permitió la reforma de varias políticas de la UE, y redefine y refuerza las acciones llevadas a cabo a nivel europeo. La redacción de un tratado que establecía una Constitución para Europa constituyó el primer intento de reforma. Su objetivo era sustituir los tratados constitutivos de la UE por una Constitución europea. La Constitución se firmó en Roma el 29 de octubre de 2004. No obstante, antes de su entrada en vigor, debía ser ratificada por la totalidad de los Estados miembros. Sin embargo, el proceso de ratificación tuvo resultados negativos en muchos Estados miembros. El 23 de julio de 2007, se convocó una nueva Conferencia intergubernamental en Lisboa para hallar una alternativa al Tratado constitucional y poder retomar las reformas. Se abandonó pues la idea de una Constitución europea y se entablaron nuevas negociaciones con el propósito de elaborar un tratado modificativo. El 13 de diciembre de 2007, los 27 Jefes de Estado o de Gobierno de la UE firmaron el nuevo tratado modificativo. El Tratado se firmó en Lisboa (dado que Portugal ostentaba la Presidencia del Consejo de la UE a la sazón), y habría sido ratificado por todos los Estados miembro para finales de 2008, a tiempo para las Elecciones al Parlamento Europeo de 2009. Sin embargo, esto no fue posible debido al rechazo inicial del Tratado por parte del electorado de Irlanda en junio de 2008, por lo que el texto no entró en vigor hasta el 1 de diciembre de 2009. El Tratado de Lisboa se basa en gran medida en el Tratado constitucional. La mayoría de las reformas institucionales y políticas planteadas en la Constitución se retoman en el Tratado de Lisboa, aunque se presentan bajo una forma diferente. El Tratado constitucional implicaba la derogación de los tratados constitutivos de la UE y su sustitución por un único texto: la Constitución Europea. El Tratado de Lisboa, por el contrario, no sustituye a los tratados constitutivos sino que los modifica, como ya lo hicieran los Tratados de Ámsterdam y Niza. El Tratado de Lisboa se presenta, por tanto, como una serie de modificaciones de los tratados constitutivos. A pesar de que este cambio de forma no tiene consecuencia alguna en el plano jurídico, resulta muy importante en el plano simbólico y político. Se abandona la idea de dotar a Europa de una Constitución y el derecho comunitario sigue fundamentándose en los tratados internacionales. Por tanto, la UE sigue basándose en los dos tratados constitutivos: el Tratado de la UE y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea. El tratado por el que se establece la Comunidad Europea pasó a denominarse «Tratado de funcionamiento de la UE». Las aportaciones del Tratado de Lisboa se pueden resumir en cuatro epígrafes: 1. reforma las instituciones y mejora el proceso de toma de decisiones de la UE; 2. refuerza la dimensión democrática de la UE; 3. reforma las políticas internas de la UE; 4. refuerza la política exterior de la UE. 1. Aspectos institucionales. La reforma de las instituciones de la UE se había hecho necesaria debido al aumento del número de Estados miembros. El Tratado de Lisboa modifica las normas relativas a la composición de la Comisión, del Parlamento Europeo, del Comité de las Regiones y del Comité Económico y Social Europeo. Asimismo, el Tratado de Lisboa supone la reforma del proceso de toma de decisiones en el seno del Consejo. Se suprime el anterior sistema de ponderación de votos y se establece una nueva definición de la mayoría cualificada para la votación de las decisiones. El Tratado de Lisboa crea, además, dos nuevas funciones en el entramado institucional de la UE: § el Presidente del Consejo Europeo; § el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. El Tratado de Lisboa pone especial empeño en aclarar y mejorar el funcionamiento de la UE. Se suprime la anterior estructura de pilares y se establece un nuevo reparto de competencias entre la UE y los Estados miembros. El Tratado de Lisboa simplifica los procedimientos legislativos y la tipología de los actos jurídicos adoptados en el seno de la UE. Asímismo, el Tratado de Lisboa dota de una mayor flexibilidad al funcionamiento de la UE. Establece varias cláusulas institucionales encaminadas a facilitar la construcción europea en determinados ámbitos políticos. Por otra parte, se promueve una cooperación más intensa entre los Estados miembros. 2. Refuerzo de la democracia europea. Uno de los objetivos del Tratado de Lisboa es reforzar la democracia europea para aportar una mayor legitimidad a las decisiones y acercar la UE a sus ciudadanos. En este sentido, se han reforzado de manera considerable las competencias del Parlamento Europeo. Asimismo, el Tratado de Lisboa atribuye una función más importante a los parlamentos nacionales en el seno de la UE. El Tratado de Lisboa crea, además, la iniciativa ciudadana, que permite a los ciudadanos participar de manera más activa en la construcción europea. 3. Políticas internas de la UE. Uno de los cambios más relevantes se refiere al espacio europeo de libertad, seguridad y justicia. El Tratado de Lisboa refuerza las competencias de la UE en lo que respecta a: el control fronterizo, el asilo y la inmigración; la cooperación judicial en materia civil; la cooperación judicial en materia penal; la cooperación policial. Por otra parte, el Tratado de Lisboa define las competencias de la UE en materia de política económica, social y energética. Establece, además, el nuevo objetivo de crear un espacio europeo de investigación. 4. Política exterior de la UE. Se refuerza el papel de la UE en el plano internacional. El Tratado de Lisboa proporciona fundamentalmente coherencia y visibilidad a la política exterior y de seguridad común de la UE. La UE adquiere de este modo la personalidad jurídica necesaria para negociar y ser parte contratante en los tratados internacionales. En lo que respecta al ámbito internacional, la UE está desde entonces representada por el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. A raíz del Tratado, los tratados constitutivos constan de una sección dedicada a la política de seguridad y defensa común. A largo plazo se prevé establecer una política de defensa europea común.

Entre sus rasgos específicos encontramos:

I.- La cooperación al desarrollo se centraliza y canaliza en su mayor parte a través del Estado nacional. La cooperación multilateral depende por completo de la financiación suministrada por los países donantes, sin que se contemplen mecanismos automáticos de generación de recursos. ​II.- El sistema de cooperación de cada país, por su carácter y objetivos específicos, goza de cierta autonomía relativa respecto a la política exterior de cada Estado, si bien se inserta allí sin entrar en contradicción con ella. ​III.- Sus objetivos son mixtos: promoción del desarrollo y del propio interés del donante. La primera puede ser su objetivo principal cuando no entra en contradicción con la política exterior de cada donante. ​IV.- La decisión acerca de la cuantía de la ayuda y su destino geográfico y sectorial, aunque derivada de un compromiso moral contraído en Naciones Unidas, es discrecional para cada Estado. ​V.- La cooperación al desarrollo ha mostrado una eficacia limitada en la promoción del desarrollo. ​En los años 90 se modifica la perspectiva de la cooperación internacional, con la idea de que un crecimiento sostenido basado en el propio desarrollo de todos los países se podría alcanzar mediante pautas comunes de política económica dentro de un proceso de globalización. La promoción del desarrollo y la erradicación de la pobreza aparecen a inicios del tercer milenio como las justificaciones del sistema de cooperación. Asimismo, la consideración de la paz, la calidad medioambiental o la estabilidad financiera internacional como Bienes Públicos Globales y su relación con el desarrollo, así como los consensos suscitados en torno a la Declaración del Milenio, sitúa en la agenda del sistema de cooperación nuevos retos. ​En el seno de la cooperación internacional podemos distinguir distintos agentes de la cooperación multilateral - contribuciones a las instituciones financieras internacionales, contribuciones a organismos internacionales no financieros: Agencias especializadas y "Programas" y "Fondos" de Naciones Unidas-, y los agentes de la cooperación bilateral. ​Dentro de los agentes multilaterales, las instituciones Financieras Internacionales (IFI) obtienen recursos de los países miembros para ejecutar proyectos de desarrollo en los PED, prestar ayuda directa a sus balanzas de patos - préstamos de ajuste estructural- y apoyar determinados programas presupuestarios de los receptores. Las Agencias y Programas de Naciones Unidas tienen por objetivo promover la cooperación internacional, entre otros, en los ámbitos técnico, científico, cultural, laboral, alimentario y sanitario. Entre los más representativos están el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); la Organización Internacional del Trabajo (OIT); la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Las Agencias y Programas de Naciones Unidas coexisten con "Fondos" que proporcionan financiación concesional -créditos y donaciones- a proyectos destinados a la promoción del desarrollo. Entre los más conocidos están el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Fondo de Naciones Unidas para la Población (FNUAP); el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) -más conocido como Global Enviormental Facility (GEF)_; y el Fondo Fiduciario HIPC; y el Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Aunque todas las contribuciones a estas instituciones por parte de los países miembros tienen como objetivo la cooperación internacional, sólo computan como AOD las dirigidas a promover el desarrollo de los PED. El presupuesto de la Unión Europea originado por los aportes de los Estados miembros, se considera un "fondo multilateral". En consecuencia, la cuantía que la Unión Europea dedica de su presupuesto a la financiación de programas y proyectos de cooperación con los PED, entra en la categoría de "AOD multilateral". También se incluyen aquí los programas generales de carácter horizontal. Por otro lado, el FED, de carácter extrapresupuestario, se nutre de los fondos que aportan directamente los Estados miembros y que sirven para financiar gran parte de la cooperación financiera y técnica, que financia los proyectos y programas de desarrollo, entre la Unión Europea y los países signatarios de los Acuerdos de Lomé (países ACP).

LAS CINCO AMPLIACIONES Y SUS CARACTERÍSTICAS:

La Europa inicial de los 6 se fue ampliando en diferentes fases: 12. PRIMERA AMPLIACIÓN: Tuvo lugar en 1973 con la entrada de REINO UNIDO, IRLANDA y DINAMARCA. 13. SEGUNDA AMPLIACIÓN: Tuvo lugar en 1980 con la entrada de GRECIA. 14. TERCERA AMPLIACIÓN: 1986, ESPAÑA y PORTUGAL. 15. CUARTA AMPLIACIÓN: 1995, SUECIA, FINLANDIA y AUSTRIA, con la que se alcanzó la Europa de los 15. 16. QUINTA AMPLIACIÓN: 2004, con la entrada de POLONIA, HUNGRÍA, REPÚBLICA CHECA, LITUANIA, LETONIA, ESTONIA, ESLOVAQUIA, ESLOVENIA, CHIPRE y MALTA. Dicha ampliación trajo a la Unión diversos problemas, tanto de orden político como económico y humano, por tratarse de países que en su mayoría provenían del otro lado del telón de acero caído en 1989. Culminación de la quinta ampliación política: los casos de RUMANÍA y BULGARIA, adheridos en 2007.

LA PESC Y LA PESD

La Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) dentro de la acción exterior, constituía el segundo pilar de la UE desde que el Tratado de Maastricht de 1992 así lo estableciera. Su esencia y naturaleza son de cooperación entre los gobiernos, frente a políticas más antiguas, como la agrícola, que son de esencia y naturaleza supranacional. A estas últimas se las llama comunitarias, diferenciándolas de las intergubernamentales como la PESC y la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD).

La cooperación bilateral reembolsable

incluye préstamos concesionales que los Gobiernos de los países donantes otorgan a Gobiernos o instituciones públicas de los países beneficiarios de la ayuda con el fin de financiar determinados proyectos en sectores productivos, aunque también se utilizan para el sector social. Suele estar condicionada a la adquisición de bienes y servicios del donante, en cuyo caso se habla de ayuda ligada. Por otra parte, en ocasiones se mezclan los créditos blandos que computan como AOD con créditos oficiales a la exportación en condiciones de mercado, formando parte de un paquete financiero global. Esto recibe el nombre de crédito mixto, un instrumento muy controvertido, con efectos adversos en los países receptores. La cooperación reembolsable muestra algunas ventajas para países de desarrollo intermedio y para sectores económicos con rentabilidades altas, siempre que su uso sea transparente y no prevalezca el interés del país donante sobre las necesidades del receptor.

LA EVOLUCIÓN DE LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL: 2002, 2006 Y 2010

Desde el año 2001 se han publicado hasta tres Estrategias de Seguridad Nacional: en 2002, 2006 y 2010. Cada estrategia contiene un concepto de seguridad que refleja las preocupaciones de cada período y Administración. En la NSS de 2010, el concepto de seguridad desborda el limitado marco de los problemas de la lucha contra el terrorismo y el uso de la fuerza lejos del territorio propio para establecer un continuo de seguridad entre lo que pasa fuera y lo que pasa dentro. De hecho, da importancia a recomponer la economía nacional, su sistema de asistencia médica y su deuda creciente - cuestiones que han estado afuera del aún gran alcance histórico de la ESN. Si en las estrategias anteriores irrumpió con fuerza el enfoque preventivo -con demasía en el ámbito de los ataques preventivos- en respuesta a la gravedad de los efectos y a la necesidad de prevenir los daños y agresiones, en la NSS de 2010 aparece el concepto de recuperación. La dificultad de garantizar que se puedan evitar todas las agresiones posibles mediante la prevención, obliga a desarrollar dentro de las sociedades una capacidad de recuperación para que a pesar de la dimensión de los daños, puedan recuperar su funcionamiento normal cuanto antes. La comparación con las estrategias de 2002 y 2006 ofrece más continuidad que cambios en los contenidos aunque los cambios son importantes en el lenguaje de comunicación y en la estructura respecto a las anteriores estrategias. La NSS de 2010 ha abandonado el término del terrorismo global pero sigue utilizando el término de "guerra" para referirse no ya a la lucha contra el terrorismo sino a la que llevan a cabo contra la red de al-Qaeda. El terrorismo pasa a ser "una entre muchas otras" amenazas y una táctica de actuación más que un enemigo concreto, aunque sigue siendo una preocupación grave de seguridad como lo son la proliferación de armas de destrucción masiva, junto a riesgos derivados de la globalización como las epidemias, los tráficos ilícitos y los desastres naturales, tal y como se identificaban ya en la NSS de 2006, aunque no los del cambio climático que sí aparecen en la nueva estrategia de 2010. A diferencia de la NSS de 2002, que admitió las acciones preventivas, y de la NSS de 2006, que mantuvo su validez, la NSS abandona ese tipo de acciones pero mantiene abierto el recurso unilateral de la fuerza si es necesario para defender la nación o sus intereses. Añade cautelas de legitimación internacional, valoración y de último recurso pero la estrategia permite emplear la fuerza en todo el ámbito del espectro y decidir a su presidente cuándo es necesario hacerlo. La NSS de 2010, al igual que las precedentes, incluye el fomento de la democracia y la libertad internacional. Proceden de la tradición de la filosofía política estadounidense que parte de la alta consideración del modelo estadounidense y sus valores ("ejemplarismo") para proyectarlos como parte de su política exterior ("reivindicacionismo") pero, a diferencia de las estrategias anteriores, la NSS de 2010 se ha vuelto más pragmática y continúa fomentando la dignidad humana y la democracia aunque de forma indirecta. En lugar de actuar directamente sobre los gobiernos poco democráticos, la NSS de 2010 propone la doble vía de mantener abierto el diálogo con esos gobiernos mientras se promocionan los derechos y libertades individuales apoyando a los activistas locales e internacionales como instrumentos de acción. En cuanto a aspectos regionales, la NSS de 2010 se asoma a nuevos centros de influencia como Brasil y otras organizaciones y foros como el G-20 como actores estratégicos con los que estrechar relaciones. Otro tema diferenciador es que la NSS de 2010 constata que EEUU ya no dispone de los recursos ilimitados del pasado y reconoce que la seguridad final dependerá de los recursos educativos, económicos, científicos y tecnológicos disponibles, pero a partir de esa constatación, no determina sus prioridades de forma que los escasos recursos se asignen a sus objetivos por orden de importancia. Los efectos de las intervenciones militares, la crisis económica, etc, han acrecentado el desfase entre recursos y objetivos, por ello la NSS de 2010 reivindica un período de transición, para "reequilibrar" sus prioridades y poder recuperar sus instrumentos de acción. Entre otras posibilidades muestra el deseo de reequilibrar los instrumentos de acción exterior: reducir el papel fundamental hasta ahora de la fuerza armada y desarrollar instrumentos diplomáticos, es decir, una mayor eficacia en la gestión. Las primeras críticas internas apuntan a una pérdida de ambición y liderazgo de EEUU, mientras que los primeros apoyos proceden de su visión más realista y pragmática de la realidad internacional y de las limitaciones estadounidenses para continuar siendo el líder de la seguridad global que ha sido y que pretende volver a ser. EEUU ha vuelto a la senda del multilateralismo para corresponsabilizar a otros de la gestión internacional, pero no como un fin en sí mismo sino como un instrumento. El problema es que al hacerlo, el resultado de su estrategia depende de otros en buena medida. La nueva legislatura de Obama abre nuevas vías a la aplicación efeciva de esa estrategia, denominada de "transición", porque asume la necesidad de reorientar la política pero sin olvidar la solución de los problemas que todavía persisten

​Respecto a los agentes de la cooperación bilateral, se distinguen tres principales:

I.- La Administración central, en cuyo seno los ministerios predominantes, dependiendo de cada donante, son el de Asuntos Exteriores y el de Economía y Hacienda, existiendo generalmente una agencia de cooperación al desarrollo especializada, de carácter autónomo o adscrita a alguno de los ministerios rectores en materia de cooperación. ​II.- Las administraciones territoriales distintas al Estado central (en el caso español, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales) que llevan a cabo la cooperación oficial descentralizada. ​III.- Las ONGD, organizaciones que canalizan en todos los países del CAD un porcentaje creciente de la AOD bilateral no reembolsable, sobre todo en partidas destinadas al sector social y a la ayuda humanitaria y de emergencia. Empresas, sindicatos y universidades también se están convirtiendo en agentes con protagonismo creciente. ​La cooperación internacional para el desarrollo no puede servir como instrumento único para la lucha contra la pobreza. A esta actividad, habría que añadir cambios en el orden económico internacional, y en otras dinámicas de las relaciones internacionales que permitan a los países del Sur obtener un margen de maniobra en la gestión de sus propios recursos y un mayor impacto de la cooperación al desarrollo en el desarrollo humano sostenible. ​Véanse: Ayuda oficial al desarrollo; Cooperación Norte-Sur; Cooperación Sur-Sur; Comité de Ayuda al Desarrollo; Cooperación española; Cumbre del Milenio; Desarrollo (teoría del); Países menos adelantados.

La integración económica y monetaria en la Unión Europea

La integración económica de Europa se afianza a través de la progresiva dejación de soberanía que los Estados miembros hacen voluntariamente en favor de las instituciones comunitarias. Es la esencia y origen de la propia Unión Europea. La Segunda Guerra mundial fue el mayor conflicto y el momento más bajo de la historia de Europa. La gran depresión y sus fuertes tensiones sociales facilitaron el surgimiento del nazismo y el fascismo, y en España, el estallido de una guerra civil. Los europeos aprendieron que su respuesta a la crisis económica de los años 30 -proteccionismo, cierre de fronteras a los productos de los demás países, guerras comerciales- había multiplicado sus efectos. Por eso, tras la guerra, el primer paso era reanudar la cooperación y el comercio entre las naciones europeas. No era fácil, pues el continente estaba sembrado de odios, miedos y sospechas mutuas. Los sectores decisivos eran el carbón y el acero: la energía y el componente más usado en la construcción y la industria. Son, además, los sectores clave para la maquinaria de guerra moderna. El francés Jean Monnet tenía un plan sencillo: poner la industria francesa y alemana del carbón y el acero bajo una sola alta autoridad internacional. Y crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), una organización abierta a los otros países europeos, que planificaría la producción y la distribución equitativa entre todos. El plan Monnet se concretó en la declaración Schuman, la propuesta que el Gobierno francés hizo al alemán el 9 de mayo de 1950. Se trataba de crear una solidaridad de facto y los fundamentos de un desarrollo económico común. La CECA (embrión de lo que hoy es la Unión Europea) se fundó en 1951. A Alemania y Francia se unieron Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, los seis países fundadores. Fue un golpe de efecto diplomático y un gran avance psicológico que deshizo la desconfianza creada por la guerra, desbloqueando el comercio y la cooperación entre los países europeos. El siguiente paso llegó de la mano de los pequeños países. En 1948 Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo habían creado el Benelux, una unión aduanera que eliminaba todas las tarifas internas. Basado en esa experiencia, el Ministro de Exteriores belga, Paul-Henri Spaak, propuso a los Seis en 1956 crear una unión aduanera europea, extendiendo a todos los sectores de la economía el mercado común que ya existía para el carbón y el acero. Además de la unión aduanera, Spaak propuso coordinar estrechamente las políticas económicas, pues la mayoría de los gobiernos europeos intervenían fuertemente en sus economías: planificando, regulando, etc En resumen, que no era factible un mercado común entre los países sin ponerse de acuerdo en las políticas económicas que les afectaban mutuamente (tipo de cambio de la moneda, por ejemplo). De estas ideas surgió en 1957 el Tratado de Roma, que creó la Comunidad Económica Europea (CEE), el llamado mercado común. Se eliminaron todas las tarifas internas en menos de diez años, y se sustituyeron por una externa única para todos. El comercio interior quedó liberado de todo obstáculo oficial. Pero el Tratado significaba mucho más: marcaba el objetivo a largo plazo de avanzar hacia una integración económica más intensa, para lograr una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos. Creó instituciones y reglas para gobernar ese mercado común, y asegurar la cooperación entre los gobiernos. Los resultados fueron espectaculares: en una década el comercio interior se multiplicó por cuatro. Europa pasó de la reconstrucción al desarrollo, a la industrialización acelerada de nuevas zonas y a la producción de nuevos artículos de consumo masivo que elevaron el nivel de vida de la población. Pero una condición para la industrialización acelerada era el apoyo a la agricultura. Se aumentó la productividad y se redujo la población del campo al tiempo que se abarataban los alimentos. Así se trasladaba gente a las ciudades para trabajar en la industria. Todo esto se consiguió, en gran parte, por la Política Agrícola Común (PAC). Los objetivos de la PAC eran: lograr la auto-suficiencia en alimentos; garantizar la calidad de la comida; conservar el medio ambiente y el paisaje rural; y garantizar los ingresos de los agricultores y preservar la vida rural para evitar la despoblación y el abandono del campo y sus tradiciones. Para ello, empleaba dos sistemas: los subsidios a la producción y los métodos de apoyo al mercado (intervención de las autoridades europeas, que compraban los excedentes para evitar que se hundieran los precios) Este sistema tuvo tanto éxito que la autosuficiencia se consiguió en los años 60 y 70. Europa tenía grandes excedentes en casi todos sus productos agrícolas tradicionales. Esto creó una serie de problemas: un presupuesto fuera de control; precios más altos de los alimentos en Europa; y la necesidad de dar salida a los excedentes subvencionando las exportaciones. Era evidente que había que reformar la Política Agraria Común, lo que se hizo en los años 90 y los 2000. En esta reforma se introdujeron las cuotas para muchos productos, con el objetivo de evitar excedentes; se desvincularon los pagos a los agricultores de la cantidad producida; se puso el énfasis en la calidad, la higiene y la salud, así como en la protección del medio ambiente; y se apostó por la Política de Desarrollo Rural: modernizar la agricultura, diversificar los cultivos, etc. En los años 80, tras el impulso inicial del mercado común en la década de los 60, y después de la crisis económica provocada por los precios del petróleo en los años 70, Europa estaba quedándose atrás respecto de Estados Unidos y Japón. El mercado común sólo había logrado integrar en el mercado europeo una parte importante de los productos comercializables (las mercancías industriales y las materias primas), pero no todos (como el sector servicios) Además, los movimientos de capital y de trabajadores tenían aún muchas restricciones (permisos administrativos o diferencias de lengua y cultura). Esto no ocurría en Estados Unidos o Japón, donde las empresas se movían en un solo mercado interno, lo que les permitía adquirir tamaño y eficiencia dentro antes de salir fuera a los mercados exteriores. En 1986, el Acta Única Europea impuso nuevas reglas para la toma rápida de decisiones por mayoría cualificada (por el tamaño de cada país) en la Unión Europea. Gracias a este sistema se puso en marcha el ambicioso programa para crear un mercado único en 1993. El Acta Única Europea pretendió superar el objetivo de Mercado Común para alcanzar el objetivo de Mercado Interior que implicaría un espacio sin fronteras interiores Los cuatro grandes objetivos del mercado único eran las cuatro libertades de movimiento: de bienes, de servicios, de capital y de trabajo. Para ello, éste se propuso eliminar las Barreras No Arancelarias (BNA) al comercio: § Las barreras físicas y burocráticas en las aduanas fronterizas, que causaban retrasos y papeleo. § Las diferencias de impuestos indirectos, como el IVA, y tasas especiales sobre los productos, discriminaban entre productos nacionales y extranjeros, distorsionando la competencia. § Las llamadas barreras técnicas: los miles de requisitos de sanidad, seguridad y estándares técnicos que fraccionaban el mercado y aumentaban exponencialmente los costes de un producto. § Los sistemas públicos de adquisición por parte de los gobiernos que creaban mercados cerrados o monopolios para sectores enteros en los que no podían entrar -o eran discriminadas- empresas de otros países. Además de eliminar estas Barreras No Arancelarias, el mercado único: § Facilitó la instalación de servicios en otros países suprimiendo requisitos § administrativos § Liberalizó completamente los movimientos de capital § Facilitó el movimiento de trabajadores El mercado único sirvió para profundizar la integración económica comenzada con el mercado común. Sus efectos fueron casi tan espectaculares como los del mercado común en los años 60. Pero, para funcionar bien, el mercado único necesita reglas en el nuevo marco de un espacio económico sin fronteras. El funcionamiento del mercado único europeo caracterizado por la competencia implica dos requisitos. Por un lado, la apertura de los mercados nacionales mediante la eliminación de barreras estatales al comercio internacional. Por otro lado, la protección de la competencia ante distorsiones o restricciones por parte de los participantes del mercado. La UE tiene una política de defensa de la competencia para prevenir la distorsión de la misma dentro del mercado único. Entre las reglas incluidas destacamos la prohibición de las prácticas concertadas entre varias empresas; el control de las fusiones y adquisiciones; la prohibición de ayudas estatales a las empresas privadas. El objetivo de la política de competencia es impedir las distorsiones del mercado que resultan del tamaño o la fuerza excesiva de las grandes compañías. Para facilitar la participación de las PYMES en este mercado único, se desarrolló una política industrial con ayudas e incentivos a la cooperación. Dentro de la UE se observan grandes diferencias nacionales y regionales en los indicadores económicos y sociales. Permitir que estas desigualdades territoriales -entre regiones y países- se mantengan no sólo atenta contra la justicia social, sino que lastra el crecimiento económico de todos. Por eso el nombre ofi cial de las medidas tomadas para reducirlas es Política de Cohesión Económica y Social. Los medios a utilizar para esta Política son los fondos de la Política Regional:el Fondo Regional; el Fondo Social; el Fondo de Cohesión y el Banco Europeo de Inversiones (mediante la concesión de préstamos blandos para proyectos industriales estratégicos), La Política Regional es la segunda más importante de la Unión Europea, tras la Política Agraria Común La política de comercio exterior de Europa se resume en una frase: Una economía europea competitiva, en un sistema de comercio mundial abierto, organizado por reglas multilaterales. Esto significa, por un lado, un interés vital en mantener los mercados mundiales abiertos en un sistema de comercio internacional multilateral, basado en reglas comunes; es decir, regido por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y sus rondas de negociaciones con todos los países. Y, junto a ello, la necesidad de reforzar la competitividad de la economía europea: para competir con las economías emergentes. La política comercial de la UE se organiza en tres niveles distintos: 1. Unilateral. La fórmula más usada es el Sistema General de Preferencias, un tipo de acuerdo comercial ventajoso para los países pobres que la UE aplica a los países en vías de desarrollo. 2. Bilateral: Las fórmulas típicas, de más a menos apertura, son: la Unión Aduanera (pej con Turquía), los Acuerdos de Libre Comercio (pej con Suiza o Islandia), los acuerdos de Cooperación y partenariado con los países vecinos (Ucrania, Rusia,...). 3. Multilateral: son los acuerdos negociados en la Organización Mundial de Comercio con todos los países miembros Los puntos calientes de la política comercial exterior europea son: El conflicto por la PAC (Política Agrícola Común) con los países del Tercer Mundo, debido a las subvenciones a las exportaciones agrícolas y las barreras de Europa a las exportaciones de alimentos; los conflictos con China por dumping por debajo del precio en el mercado nacional; los conflictos con Estados Unidos

COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES

Organismo de integración económica regional, fruto de la evolución del antiguo Pacto Andino de 1969. Está formado actualmente Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú y por los órganos e instituciones del Sistema Andino de Integración con sede en Lima y a cuyo frente hay un Secretario General Ejecutivo. A diferencia de la concepción cerrada de integración en que se había basado el Grupo Andino -y que llevó al Gobierno de Pinochet a retirar a Chile del mismo-, la Comunidad Andina de Naciones ha abandonado el modelo proteccionista de sustitución de importaciones siguiendo la idea del regionalismo abierto. El abandono por Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones así como las fuertes diferencias económicas y políticas entre los componentes (que ponen en duda actualmente la continuidad de Bolivia), unidas a las fricciones fronterizas Colombia/Ecuador hacen que a mediados de 2008 pueda decirse que la CAN tiene un futuro más que problemático

COOPERACIÓN BILATERAL

Por otra parte, la cooperación bilateral es la que se establece directamente entre el país donante y el receptor. Cabe distinguir la cooperación reembolsable de la no reembolsable. El impacto que muestran la cooperación reembolsable (los créditos) y la no reembolsable (las donaciones), y las diferentes ventajas e inconvenientes que ofrece cada una, dependerá de la situación de cada país receptor.

LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Se denomina organización internacional a todo tipo de uniones o instituciones que agrupen a varios Estados, tanto si tienen vocación universal o casi universal como si tienen carácter regional o multirregional. También se aplica por extensión a ciertas instituciones mundiales de carácter no gubernamental como el Comité Olímpico Internacional. Las imperfecciones de la comunidad internacional general y la no existencia en la misma de órganos permanentes y de un poder legislativo unificado hacen que las organizaciones internacionales contribuyan a suplir las deficiencias de la comunidad internacional general, en especial en sus aspectos legislativos y organizativos, muy principalmente aquellas organizaciones de fines generales como las Naciones Unidas. En el aspecto legislativo, mediante Tratados y formación de costumbres, para ir ampliando el Derecho común. Organizativamente, ayudando a desarrollar los vínculos asociativos de la comunidad internacional para un mayor perfeccionamiento de la misma. La organización internacional representa el estadio superior de la respuesta institucionalizada a las cuestiones de interdependencia internacional. Ésta presupone que las soluciones globales a los problemas globales que exceden del ámbito territorial sobre el que extiende la soberanía de un solo Estado, solamente pueden alcanzarse por acciones de carácter también global ya sea en forma de reuniones internacionales; conferencias internacionales, acuerdos internacionales, u organismos internacionales (ordenadas así de menor a mayor interdependencia y organización) A diferencia de las reuniones, conferencias y acuerdos internacionales, las organizaciones internacionales comportan la existencia de un Secretario General Permanente con sede fija, un presupuesto alimentado por sus Estados miembros de acuerdo con una determinada clave de contribuciones y un funcionariado estable compuesto por ciudadanos de todos sus Estados miembros. Por tanto, sus señas de identidad son: 1. Una composición esencialmente interestatal (en el caso de las universarles o con vocacion universal) 2. Una base jurídica generalmente convencional 3. Una estructura organica permanente e independiente 4. Una autonomía jurídica. Necesaria para el cumplimiento de los fines para los que fueron creados. Se le reconoce a las organizaciones internacionales la capacidad de ser titulares de derecho y obligaciones, tanto en las relaciones con otros sujetos internacionales como con ocasión de ejercicio de sus funciones en el territorio de algún estado. La estructuración en las organizaciones internacionales no es siempre idéntica; sin embargo, en la mayoría de las mismas pueden encontrarse tres tipos de órganos comunes: 1) un órgano deliberante de carácter plenario que puede adoptar distintos nombres (asamblea, asamblea general, conferencia, junta de gobernadores, etc.); 2) un órgano, ejecutivo, llamado generalmente consejo o comité directivo, ejecutivo o de administración, y 3) un órgano administrativo denominado secretario general, director general o presidente. Desde otra óptica, y como ampliación a esta clasificación, atendiendo a la importancia dentro del ordenamiento jurídico de la organización, cabe distinguir entre órganos principales y subsidiarios; por su composición, órganos de carácter individual o colectivos, y por la duración del tiempo, en permanentes y temporales.

INTEGRACIÓN ECONÓMICA

La integración es un proceso que convierte a las unidades previamente separadas en componentes de un sistema relativamente coherente y consistente. En su vertiente económica, las tres principales formas son la integración empresarial, regional y sectorial, aunque cabe hablar también de la de individuos, administraciones u otros agentes. a. La integración empresarial, fuente del oligopolio y del monopolio, pone diferentes actividades bajo una dirección unificada, para lo cual existen en la práctica múltiples formas. Se llama vertical cuando una empresa expande su participación en diversos puntos de la cadena productiva, sea hacia arriba o hacia abajo. Se llama horizontal cuando hay asociación o fusión de empresas que se dedican a la misma actividad, producen bienes semejantes o aplican la misma tecnología. También cabe la integración diagonal, término que indica la existencia de actividades de servicios auxiliares que encajan "oblicuamente" en la principal actividad de una empresa. b. Respecto a la integración regional, existe una extensa literatura, por lo general polarizada en torno a la europea como proceso inicial y más avanzado. Los principales teóricos señalan que la integración busca ampliar los mercados, lo que permite una mayor división del trabajo en el seno del espacio integrado y una mejor asignación de recursos, de forma que las empresas obtendrán mayores beneficios y las economías, mayor crecimiento. Balassa dice que la integración económica puede ser entendida como proceso y como situación de hecho. El proceso comprende el conjunto de medidas encaminadas a eliminar la discriminación entre unidades económicas pertenecientes a Estados distintos. La integración como situación de hecho se refiere a la ausencia de discriminación entre economías nacionales. En cualquier caso, estamos ante un paso cualitativa y cuantitativamente más avanzado que el de la cooperación económica. Los acuerdos comerciales y de pagos son considerados un ejemplo de cooperación, mientras que la eliminación total de barreras que frenen las relaciones económicas son la forma más extendida de integración. No obstante, como es generalmente admitido, detrás de toda fórmula integradora suele existir, más o menos explícitamente, una razón política de mayor peso para avanzar desde la cooperación internacional a la integración regional: así sucedió en la Comunidad Europea. Los defensores de la integración coinciden en que la unión de intereses económicos termina por unir los intereses políticos. A nivel general, podemos hablar de cinco fases o etapas de ordenación de las relaciones económicas, desde la armonización con perfil más débil hasta la integración política: 1. El acuerdo preferencial, que puede o no dar lugar a una zona de libre cambio y comercio. 1. El área de libre comercio, formada por varios países que deciden eliminar las barreras al comercio interno, pero manteniendo cada uno sus propios aranceles diferentes frente a terceros. 1. La unión aduanera, que nace cuando un área de libre comercio establece un arancel exterior común. La unión aduanera requiere mayores esfuerzos de negociación y acuerdo interno. 1. El mercado común, que añade a la unión aduanera la eliminación de barreras a la circulación de los factores productivos, es decir, de los trabajadores y del capital. 1. La unión económica, que agrega a la etapa anterior un grado más en la armonización de las políticas fiscales y monetarias. Se produce así una mayor cesión de soberanía. 1. La integración económica propiamente dicha, que implica la aparición de una autoridad supranacional que adoptará las decisiones de política fiscal y monetaria. Cualquier decisión particular dirigida al fomento de una rama productiva o la corrección de un desequilibrio regional deberá ser autorizada por dicha autoridad. En la práctica, el primer intento reciente de integración económica regional que ha seguido estas pautas teóricas fue la unión económica entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo, con la creación del Benelux. Posteriormente aparecieron la Comunidad europea del Carbón y del Acero (CECA) y la Comunidad Económica Europea (CEE o Mercado Común). El proceso que mejor sigue los pasos de la Unión Europea es Mercosur en América, continente donde hay otros más recientes, como son en el norte el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Hasta África ha registrado diversos procesos integradores, casi todos fracasados, como fue Comunidad Económica Africana (CEA). La realidad integradora de Asia y el Pacífico también está siendo últimamente prolífica. Destaca la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), más avanzada y acorde con las pautas de la UE. Al margen de estos procesos regionales y de otros de carácter sectorial ya igualmente institucionalizados (caso de las comunidades del coco, banano, azúcar, café, etc.), cabe recordar que la globalización económica es la integración de economías nacionales en la economía internacional a través del comercio, inversión extranjera directa, flujos de capital, de trabajadores y de tecnología. Ya se pudieron ver muestras de integración económica desde épocas coloniales con las primeras empresas "multinacionales" europeas que operaban y dominaban el comercio y en ocasiones la política de varios países asiáticos. En definitiva, la globalización es un paso rápido de economías internacionales fragmentadas a una economía internacional de integración planetaria que crea mayor interdependencia entre las economías nacionales.

Esta «visión idealista» de las relaciones internacionales aporta tres elementos nuevos:

1. La búsqueda de nuevos enfoques y planteamientos que lleven a un «nuevo orden mundial» (visión kantiana del universo). 2. Afirmar la necesidad no sólo de este deseable objetivo final, sino también en el diseño de «estrategias de transición» de un orden a otro. 3. Partir de un «enfoque global» en el estudio de la «crisis planetaria». La atención, dentro de esta visión global o de mundialización, no puede ni debe centrarse exclusivamente en el problema de la paz, sino también en el resto de problemas que padece el mundo. Desde esta aproximación general, diversas han sido las clasificaciones propuestas en función de las distintas aportaciones. La mayoritaria establece tres tipos de alternativas 1ª alternativa: una vinculada al internacionalismo liberal de origen occidental y de inspiración no marxista. Sus autores apuntan a que las las reformas a introducir intentan mantener las características fundamentales del orden existente, introduciendo desde un enfoque «interdependiente» nuevos elementos «utópicos» que trasciendan las visiones estrictamente estatales 2ª alternativa: realiza un análisis de los problemas del presente para defender una reforma profunda que no lleve a modelos de futuro deseable. Prima en esta visión el enfoque claramente reformista. Se dirige a llamar la atención de los gobiernos sobre los problemas del mundo y sobre las soluciones a medio y largo plazo. Dentro de este planteamiento cabe destacar los estudios y propuestas del "Club de Roma" 3ª alternativa: Más radical, afronta los problemas del presente, constatando las diferencias de todo tipo existentes en el mundo, y defiende un cambio profundo para llegar a un nuevo orden mundial aceptable para todos. En la tercera interpretación, junto con las investigaciones para la paz ya descritas, entrarían un conjunto de propuestas colectivas como las del WOMP (Institute for World Order, hoy denominado World Policy Institute de Nueva York), e individuales como las de Falk, el propio Galtung...Las características comunes compartidas dentro de este grupo serían las siguientes: § Necesidad de establecer valores que han de guiar la investigación, como la eliminación de la guerra y la violencia, el bienestar económico, la justicia social,... § Destacar y evaluar las tendencias más destacadas de la actualidad, como el crecimiento demográfico, el desarrollo tecnológico, el agotamiento de los recursos, la polución ambiental y la carrera de armamentos. § Desarrollar modelos alternativos de orden futuro y seleccionar los que parecen más deseables. § Propiciar estrategias de transición, que permitan superar las actuales estructuras y procesos que impiden el establecimiento del nuevo orden mundial.

La ayuda humanitaria de la UE puede ser de distintos tipos:

17. Ayuda de emergencia que se concreta en dinero para comprar y distribuir productos de primera necesidad, como medicamentos, alimentos y alojamientos, o para financiar las labores de reconstrucción después de una catástrofe. 18. Ayuda alimentaria, ya sea financiando los alimentos en regiones azotadas por hambrunas o sequías, para ayudar a asegurar el suministro hasta que pueda restablecerse la producción normal, o financiando el suministro de alimentos de emergencia cuando la falta de alimentos obedezca a factores humanos o catástrofes naturales imprevistas. 19. Ayuda a los refugiados que han abandonado su país y a los desplazados dentro de su propio país o región, para socorrerlos durante el periodo de emergencia hasta que puedan volver a sus casas o establecerse en otro país. 20. Reducción del riesgo de catástrofes, que incluye la preparación ante posibles crisis y las medidas de reducción del riesgo de catástrofes en todos los aspectos de la respuesta humanitaria.

LOS DIVERSOS TRATADOS. VALORES Y COMPETENCIAS.

Al mismo tiempo que se iban ampliando los países miembros, fueron creciendo las competencias que los estados transferían a los la CEE. Dicho argumento se hizo de diverso modo, con fórmulas que desmbocaron en los Tratados que se fueron produciendo. Los Tratados de la Unión Europea han sido los siguientes: Los dos primeros, ya mencionados, el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) DE 1951 y el Tratado de Roma de 1957. El tercero fue el Acta Única Europea de 1986. Posteriormente vino el Tratado de la Unión Europea, llamado de Maastricht firmado el 7 de febrero de 1992 y después el de Ámsterdam, de 2 de octubre de 1997. El siguiente de Niza se firmó el 26 de febrero de 2001. El Tratado Constitucional es de 29 de octubre de 2004 que no llegó a entrar en vigor por no haber sido ratificado por todos los Estados miembros, pero cuyo contenido fue en gran parte recogido por el Tratado de Lisboa de 13 de diciembre de 2007. En resumen, un total de 7 Tratados que de acuerdo con el de Lisboa se han Reducido a dos: El Tratado de la Unión Europea y el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Ambos tienen el mismo rango e idéntica jerarquía. Por lo que se refiere a los valores y principios, los preámbulos de los diversos tratados establecían listados más o menos extensos de los mismos. La recopilación completa de los valores fue preparada concienzudamente para el Tratado Constitucional, pasando luego al Tratado de Lisboa, en cuyo artículo 2 menciona que "los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a las minorías son valores comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres".

LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN

Características y "modelos" de integración, supranacionalidad y permanencia del Estado, "bloques" económicos e integración, sistemas multilaterales, procesos integradores regionales.

El modelo social europeo

Cuando el mercado único ya estaba en marcha, se hizo evidente que la construcción económica de Europa no podía olvidar la dimensión social. El mercado único favorecía más que a nadie a las grandes empresas y al capital. Pero ¿y los trabajadores? Por cuestiones familiares, lingüísticas y de costumbres, no tenían la misma facilidad para moverse y cambiar de país. Esto daba un enorme poder de negociación a las empresas y el capital móvil. Si no se compensaba, apoyando a los trabajadores, se corría el peligro de lo que Jacques Delors llamó "una carrera hacia el fondo": una competencia entre países a la baja en materia de derechos de los trabajadores y protección social, para conseguir inversiones o impedir que huyeran las empresas. Para evitar esta posible dinámica antisocial, se elaboró la Carta de Derechos Fundamentales de los Trabajadores. Ésta establecía principios y derechos básicos que serían requisitos mínimos para todos. La llamada Carta Social partía de un pilar básico: la libertad de movimientos y el derecho a residir y trabajar en cualquier país de la Unión sin permiso previo y sin discriminación alguna, con los mismos derechos que los nacionales de ese país. Éste es el principio de no discriminación, que es hoy el núcleo de la ciudadanía europea. De esta forma se haría efectiva, con justicia e igualdad, la cuarta libertad del mercado único: la libertad de movimiento del trabajo La Carta Social fue propuesta en 1989 y forma parte hoy de la Carta de Derechos Fundamentales del Ciudadano Europeo a través del recientemente aprobado Tratado de Lisboa. Es la garantía legal de lo que se ha llamado el modelo social europeo, una filosofía económica y empresarial que pone énfasis en la justicia, la cohesión social y la solidaridad, además de en la eficiencia del mercado y la libertad empresarial. El modelo social europeo se enfrenta a largo plazo a dos graves problemas que ponen en cuestión su viabilidad: § La globalización económica y las economías emergentes: la enorme competencia comercial de las economías emergentes, cuyos costes laborales son mucho menores, y carecen de las cargas sociales de un Estado del Bienestar desarrollado. § El envejecimiento de la población. Pronto la población en edad de trabajar no será sufi ciente para mantener, con sus impuestos y cotizaciones, las pensiones y gastos de sanidad de los mayores. A corto plazo, Europa tiene que hacer frente a las consecuencias de la crisis, que amenazan con dañar la integración económica conseguida hasta ahora y con lastrar su crecimiento durante años. Los principales problemas que plantea la crisis actual son: § Desequilibrios territoriales: hay zonas de Europa más dañadas por la crisis que otras: § Tensiones en la eurozona: los desequilibrios territoriales plantean un problema casi insoluble, tanto a la coordinación de las políticas económicas de los gobiernos que actúan sobre un mismo mercado único, como a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). § Crisis de la deuda: por otra parte, los países débiles han acumulado una enorme deuda pública durante la crisis, e algunos casos superior al 100% de su Producto Interior Bruto (PIB) En suma, la crisis económica plantea una dura prueba a los gobiernos, al Banco Central Europeo y, en general, a todo los ciudadanos de la Unión.

SUPRANACIONALIDAD

De principio, la noción de supranacionalidad remite a leyes o instituciones que se situarían por encima de los Estados. Asimismo, el poder y la autoridad ejercida por estas instituciones no estaría confinada a la decisión exclusiva del propio Estado, sino que estaría sometida al conjunto de los miembros de la institución. Un aspecto esencia que la diferenciaría de las instituciones y organismos puramente intergubernamentales o interestatales radicaría en el sistema de toma de decisiones. En éstas, la pervivencia del derecho de veto o la cultura de la unanimidad tendría una amplia esfera de aplicación. En las organizaciones de naturaleza supranacional, aunque persista la cultura del veto para cuestiones muy precisas, se optaría por fórmulas que implicarían una transferencia de soberanía más amplia por parte de los Estados, como el sistema de decisión por mayoría cualificada. Normalmente, esta voluntaria transferencia de autoridad desde el Estado a la entidad supranacional es limitada y específica a cuestiones concretas (defensa, economía). La construcción supranacional es un fenómeno característico del siglo XX, como punta de lanza de la tendencia integracionista y de creciente interdependencia en la sociedad internacional. Sería, en esta misma línea discursiva, una de las vías más ambiciosas y complejas en el proceso de multilateralización de las relaciones internacionales, cuyo auténtico punto de inflexión en la historia de las relaciones internacionales acontecería en un periodo de entreguerras. Sin duda, el más ilustrativo ejemplo de institución supranacional se consumaría tras la Segunda Guerra Mundial a tenor del proyecto de construcción europea, a través de la lógica y los mecanismos de la integración desde la década de 1950, cuando se aprobaron los tratados fundacionales de lo que hoy es la unión europea: la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1951), la Comunidad Europea de la Energía Atómica (1957) y la Comunidad Económica Europea (1957). A muy diferentes niveles, indisociables de las circunstancias de la época y el debate entre federalistas, funcionalista y unionistas, la integración se escenificaría por ámbitos sectoriales muy definidos en el caso de las dos primeras y en un sector de intervención más amplio en el camino hacia la construcción de un Mercado Común. En las reestructuraciones y avances posteriores, a partir de la década de 1980, el relanzamiento en la construcción volvería a encarrilarse desde los postulados funcionalistas en el Acta Única Europea de 1986 y cristalizarían en la creación de la Unión Europea a partir del Tratado de Maastricht en 1992 y sus sucesivos avances en diversos tratados hasta el último Tratado de Lisboa. Cristalizarían así tres pilares, uno fundamentalmente supranacional -la Unión Económica y Monetaria- y dos pilares articulados desde la lógica de la cooperación intergubernamental en materias de política exterior y de seguridad común y de cooperación en justicia y en asuntos de interior, pero que limitadamente irían convergiendo hacia una lógica supranacional a partir de las cooperaciones reforzadas.

LA INTEGRACIÓN EUROPEA

Existen diferentes maneras de calificar este proceso histórico. Según la lengua empleada y la tradición intelectual de referencia, los autores privilegian el término de construcción europea, bien de unificación o de integración. La elección del término con el que se califique el fenómeno no es neutral ya que invariablemente remite a una concepción particular de la situación que se pretende describir. A. El valor de uso del término "construcción" reside, al menos de manera implícita, en la realización de una obra que se considera podrá ser terminada un día. Existe en consecuencia una visión teleológica -existencia de un objetivo que se debe alcanzar-, y que conforma la parte más mística de sus arquitectos, los padres fundadores: los Monnet, Schuman, De Gasperi, Spaak y Adenauer. B. Por otra parte, el concepto de "unificación" es a la vez más concreto y más impreciso, ya que sobreentiende la existencia de una voluntad de agregación de un cierto número de elementos dispersos y aislados con el objetivo de establecer o restablecer una hipotética unidad. C. En el caso del término "integración", el acento se ha puesto en la existencia de un proceso de transformación que consiste, para un elemento, en encontrarse incluido en un conjunto en cuyo ámbito funciona armónicamente y en interdependencia con todos los demás elementos. En el ámbito de las relaciones internacionales, el término integración designa generalmente al proceso por el cual se tejen unos vínculos bien entre unos Estados o bien directamente entre comunidades nacionales con la soberanía nacional como telón de fondo. El concepto de integración describe a la vez una situación y un proceso, y contiene una dimensión normativa. Se asiste ahora a un fenómeno de aproximación y de homogeneización con el objetivo de afirmar la cohesión de unir sobre valores, normas e instituciones comunes, en las relaciones en el interior y hacia el exterior. En el ámbito político, eso significa la aparición de una entidad propia, es decir, de un marco de acción y de referencias que se sitúa por encima de los Estados. La cuestión que se plantea ahora es saber si la nueva unión así constituida se resume en la suma de las diferentes partes, o si dispone de autonomía para relacionar a sus componentes y puede así ser considerado como un sujeto distinto. En ese sentido, es necesario preguntarse si hay sustitución y desaparición de las partes o simplemente el ajuste de un nivel suplementario. En el caso de la fusión de las partes, no se puede reconocer a estos últimos en el marco de la unión así formada. Contrariamente, en el caso de incorporación en una entidad superior, los elementos así integrados pueden continuar existiendo. Para que las diferentes partes de una unión formen un todo, las fronteras existentes en el interior de la nueva entidad deben ser parcialmente abolidas o al menos reducidas a un estado permeable. La presencia de lazos suficientemente numerosos y fuertes para enlazar las partes entre sí, permite por otra parte la existencia de la unión por ella misma como resultado de la acción colectiva de las partes que a componen. La cohesión de esa unión depende ahora en gran medida de la convergencia y la concordancia de la evolución de los diferentes elementos y también de la misma coherencia del proceso. El tipo de relación establecida entre las partes constituyentes y el todo y entre las mismas partes entre sí, adoptan por consiguientes una significación mayor. Varios factores determinantes intervienen en este nivel: la naturaleza del proceso de integración y los mecanismos sobre los que reposa; la preexistencia o no de puntos comunes y de similitudes entre las diferentes partes en presencia; en fin, el grado de compatibilidad de esos elementos en las relaciones de los unos con los otros.

EL REALISMO PREVENTIVO

Derivado del debate político interno a la hora de definir la puesta en práctica de la nueva doctrina de seguridad, se llega a ese compromiso que hace conciliable la utilización de la fuerza como instrumento prioritario. Si llevamos esta solución de compromiso al ámbito de la teoría dominante en las Relaciones Internacionales podemos decir que asistimos al nacimiento de la última versión del Realismo Político: el "realismo preventivo". El realismo preventivo es la última versión del Realismo Político, cuyo padre, Hans Morgenthau deja en herencia en 1948 a diversos académicos y políticos que elaboraron y ejecutaron la política exterior de los Estados Unidos desde el Tratado de Yalta hasta la caída del muro de Berlín. El realismo político fue definido por Morgenthau en su obra "Entre las naciones". Podemos definir estas características del mismo: 1. Parte de una idea: tanto la política como la sociedad están gobernadas por leyes objetivas. Esto significa que dentro del estudio de las relaciones internacionales es posible desarrollar una teoría racional. Los principales actores internacionales se realcionan a partir de leyes objetivas en las que no deben entrar las emociones. Esto está relacionado directamente con el behaviorismo: centrarnos en los comportamientos racionales. 2. El concepto de interés, definido en términos de poder. Es ese interés relacionado con el poder a los Estados lo que va a proporcionar racionalidad a la política internacional. 3. El interés como poder es una categoría objetiva, válida universalmente. Todos los estados se rigen por ese interés. 4. Desde el punto de vista moral, el realismo político no niega la moral dentro de la acción política. Ahora bien, ello no es su objetivo, sino el interñes.

¿CÓMO AFECTA EL TRATADO DE LISBOA A LA ACCIÓN EXTERIOR DE LA UNIÓNEUROPEA?

El Tratado de Lisboa pretende reforzar el papel de la Unión Europea (UE) en el plano internacional. En consecuencia, las reformas introducidas por el tratado buscan aumentar la coherencia y proporcionar mayor visibilidad a la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE. Para ello, el Tratado de Lisboa introduce dos grandes innovaciones: 1. La creación del cargo del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y del Servicio Europeo de Acción Exterior. Contar con este cargo permite dar mayor peso, coherencia y visibilidad a la actuación exterior de la UE. Por su parte, el Servicio Europeo de Acción Exterior asiste al Alto Representante en el desempeño de sus funciones. La personalidad jurídica única de la Unión fortifica su poder de negociación, convirtiéndola en un actor más eficaz a escala internacional y un socio más visible para otros países y organizaciones internacionales. 1. El desarrollo de la política de seguridad y de defensa común. Además de estas dos innovaciones, el Tratado de Lisboa también pone en marcha otras modificaciones de menor importancia, sobre todo en lo que respecta a las modalidades de aplicación de la PESC. La PESC constituía el 2º pilar de la antigua estructura de la UE. Se regía por la cooperación intergubernamental, según la cual las decisiones se tomaban principalmente por unanimidad del Consejo o el Consejo Europeo. El Tratado de Lisboa reforma la antigua estructura de la UE suprimiendo la distinción entre los tres pilares (ficha "división de competencias"). No obstante, esta fusión de los pilares no afecta a las modalidades de toma de decisiones en materia de la PESC. El Consejo Europeo y el Consejo de la UE conservan su papel predominante y el principio de unanimidad.

PROCEDIMIENTOS EXISTENTES PARA LA TOMA DE DECISIONES EN LA UNIÓN EUROPEA.

El procedimiento usual de toma de decisiones en la UE se denomina procedimiento legislativo ordinario, que antes del Tratado de Lisboa era conocido con el nombre de "codecisión". Este nuevo procedimiento entró en vigor el 1 de enero de 2009, convirtiéndose en el principal procedimiento legislativo del sistema decisorio de la UE. Con este nuevo sistema, el Tratado de Lisboa amplía los ámbitos en que se utiliza la codecisión, otorgando más poderes al Parlamento Europeo, que de esta forma se iguala al Consejo de la UE en el proceso legislativo, dotándole de más capacidad para bloquear una propuesta si no está de acuerdo con el Consejo. Por su parte, la Comisión Europea mantiene la iniciativa legislativa y es la institución encargada de aplicar la legislación europea. En adelante, el Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE) sólo hace referencia a dos tipos de procedimientos legislativos: - El procedimiento legislativo ordinario; - Los procedimientos legislativos especiales. Además, el Tratado de Lisboa introduce «cláusulas pasarela». Estas cláusulas permiten generalizar, en determinadas condiciones, el procedimiento legislativo ordinario a ámbitos inicialmente fuera de su ámbito de aplicación. Existen dos tipos de cláususlas: una general y otras específicas. 1. El Procedimiento legislativo ordinario: Las modalidades del procedimiento legislativo ordinario son idénticas a las del antiguo procedimiento de codecisión. El Consejo y el Parlamento se sitúan en condiciones de igualdad. Las dos instituciones adoptan los actos legislativos en primera lectura o en segunda lectura. Si al finalizar la segunda lectura, las dos instituciones aún no han llegado a un acuerdo, se convoca un Comité de Conciliación. Además, la regla de voto en el ámbito del procedimiento legislativo ordinario es la mayoría cualificada. Para facilitar la toma de decisión y reforzar la eficacia del procedimiento, el Tratado de Lisboa también ha procedido a una nueva definición de la mayoría cualificada. Existen dos tipos: la general y las específicas 2. Los procedimiento legislativos especiales Los procedimientos legislativos especiales sustituyen a los antiguos procedimientos de consulta, de cooperación y de dictamen conforme. El objetivo es simplificar el proceso de toma de decisiones de la UE haciéndolo más claro y más eficaz. Como indica su denominación, estos procedimientos son derogatorios al procedimiento legislativo ordinario y, por tanto, constituyen excepciones. A diferencia del procedimiento legislativo ordinario, el Tratado de Funcionamiento de la UE no proporciona una descripción concreta de los procedimientos legislativos especiales. Por tanto, sus modalidades se definen caso por caso en los artículos de los tratados sobre la UE y sobre el Funcionamiento de la UE que prevén su aplicación. Por último, en relación con la toma de decisiones, el Tratado de Lisboa incorpora a los parlamentos nacionales a través de un "mecanismo de alerta temprana", según el cual los parlamentos nacionales deben revisar las propuestas legislativas según el principio de subsidiariedad. El principio de subsidiariedad establece que la UE sólo actúa (excepto en ámbitos de su exclusiva competencia) cuando resulta más eficaz que una actuación de los países miembros.

LAS FUERZAS TRANSNACIONALES Las organizaciones no gubernamentales, las firmas multinacionales, la opinión pública internacional, otros actores internacionales no estatales

El término de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) fue utilizado por primera vez en el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas en 1950 para definir las organizaciones supranacionales e internacionales que no habían sido establecidas por acuerdos gubernamentales. El término ONG se refiere a aquellas organizaciones independientes que no pertenecen al sector público ni privado, por el carácter de su actividad y por ejercer actividades no lucrativas. Aunque las hay de diferentes tipos y ámbitos de actuación, coloquialmente esta denominación se suele atribuir en los países del Norte a las organizaciones que con más propiedad cabría llamar "ONG de desarrollo (ONGD)", por dedicarse a realizar proyectos en el campo de la cooperación para el desarrollo o la educación para el desarrollo. Recientemente se ha extendido también la denominación "ONG humanitarias (ONGH)", para referirse a las organizaciones centradas específicamente en la acción humanitaria. La ONG define, por lo tanto, los grupos sociales organizados que poseen una función social y política en su comunidad o sociedad, una estructura formal y legal, están relacionadas a la sociedad o comunidad a través de actos de solidaridad, no buscan lucros financieros y disfrutan de una considerable autonomía. Suelen actuar en diferentes ámbitos. Jurídicamente, las ONG son encuadradas dentro de las asociaciones o fundaciones, en función principalmente del origen de la aportación económicas con las que trabajan y la condición de sus miembros. Independientemente del tamaño de la organización, sea local o internacional, las ONG desempeñan un rol social y político importante. En la actualidad, la presión política y de lobby que busca influir y democratizar las políticas públicas gubernamentales se está constituyendo como una de las características más comunes de las llamadas ONGD y ONGH. La motivación para constituir una ONG parte de una colectividad que ya actúa o desea actuar en la promoción de una causa, con el objetivo de contribuir en la consecución de un mundo más justo, solidario y sostenible. Así, al constituir jurídicamente la ONG, la misión debe expresar claramente el porqué de la existencia de la organización, con claridad y coherencia, y sus fundadores deben mostrar el compromiso con la causa y la conciencia del propósito de sus esfuerzos. Las ONG presentan varias características comunes que las diferencian de otros actores implicados en la cooperación bilateral y multilateral: a) Son organizaciones estables con un grado mínimo de estructura, personalidad jurídica y capacidad legal de acuerdo con la normativa vigente. b) Están integradas por ciudadanas y ciudadanos asociados a partir de unas convicciones y motivaciones compartidas a favor de la cooperación y la solidaridad. Son por tanto una parte del llamado Tercer Sector o "Sector Social", es decir, una expresión particular del movimiento asociativo voluntario de la sociedad civil. c) Son organizaciones sin ánimo de lucro empresarial, personal o grupal. La totalidad de los ingresos obtenidos deben dedicarse a sus proyectos de desarrollo, educación y sensibilización, exceptuando los necesarios para el funcionamiento de la organización. d) Algunas de ellas se dedican a canalizar recursos hacia los países del Sur mediante la realización de proyectos de desarrollo o la respuesta ante situaciones de emergencia. Además, sobre todo en el Norte, realizan campañas de sensibilización de la opinión pública, de educación para el desarrollo y en valores solidarios, así como de presión (lobby) y denuncia ante los Gobiernos en torno a los problemas de los pueblos del Sur y los factores internacionales que los causan. e) Se nutren de recursos económicos aportados por donaciones privadas y/o subvenciones públicas, así como del trabajo voluntario (a veces parcialmente profesionalizado) de sus colaboradores. f) Tienen autonomía institucional y decisoria respecto a cualquier instancia gubernamental, intergubernamental o cualquier otra ajena a la organización. En particular, son entidades independientes de los Gobiernos, no surgen a instancia de éstos ni, por tanto, han de defender los mismos intereses, lo cual no significa que no reciban financiación de las Administraciones públicas o que no puedan realizar acciones conjuntas. Atendido al modelo de desarrollo que promueven y al tipo de participación de los sectores beneficiarios, pueden distinguirse varias generaciones de ONGD. 1ª Generación. Años 50: Predominaba el modelo asistencial, en el que el papel de la ONGD es principalmente proporcionar servicios específicos, de carácter profesional y asistencial ante emergencias humanitarias y situaciones puntuales. De esta forma sustituyen al Estado en su papel de prestatarios de ayuda, y establecen como única participación de los beneficiarios la recepción de ésta. Se centran en las consecuencias del subdesarrollo. 2ª Generación. Años 60. En la segunda generación se busca poner en marcha modelos de autosuficiencia, en los que la ONGD juega un rol de acompañante en los procesos que buscan dicha autosuficiencia en proyectos sectoriales, centrados en agentes con problemas específicos. La relación con el Estado de estas ONGD es diversa, pues en ocasiones lo sustituyen, en otras lo confrontan y en otras lo apoyan para hacer de los beneficiarios los protagonistas de las acciones de desarrollo. Estas ONGD analizan tanto las consecuencias como las causas del subdesarrollo. 3ª Generación. Desde los años 70 y 80. En la tercera generación se pretende provocar un cambio con el fortalecimiento de la sociedad civil como sujeto de cambio social, participando en proyectos que buscan el desarrollo autosostenido, autónomo y sistemático. Según la coyuntura política, estas ONGD confrontan o apoyan al Estado, al tiempo que los beneficiarios de su ayuda son concebidos como rectores de los proyectos y artífices de su propio desarrollo. El análisis de éstas ONGD se centra en las causas del subdesarrollo. Esta generación conviven con el auge de los valores postmaterialistas que tienden a una sociedad basada más en ideas de autorrealización y participación, y cuyo máximo ideólogo es Inglehart. Las ONG se convierten en los representantes de un grupo social que encuentra en este actor un canal de su demanda además de un espacio de participación solidaria, tornando una fuerza política legítima para plegar a los Gobiernos, como ha demostrado la Cumbre de Río (1992), en Viena (1993), Pekín (1995), etc. Y además, en las últimas décadas fueron protagonistas absolutos del activismo social, popularizando temas tan diversos como el Protocolo de Kioto y el comercio justo, además de campañas contra el maltrato a las mujeres, la igualdad de derechos para el matrimonio homosexual, la lucha contra la pobreza o el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

La Unión Económica y Monetaria (UEM)

En junio de 1988 el Consejo Europeo confirmó el objetivo de lograr progresivamente una unión económica y monetaria (UEM). Constituyó un comité, presidido por el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que estudiase y propusiera fases concretas para avanzar hacia dicha unión. El comité estaba formado por los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países de la entonces Comunidad Europea (CE). El fruto de la labor del comité, el Informe Delors, proponía que la unión económica y monetaria se alcanzase en tres fases que marcasen una evolución mesurada aunque progresiva. El 1 de enero de 1999 daba comienzo la tercera y última fase de la UEM cuando 11 países adoptaron el euro, fijando irreversiblemente el cambio de sus monedas nacionales. Posteriormente, el euro se ampliaría hasta los 16 estados miembros que lo usan como moneda única. Europa alcanzaba una moneda única por primera vez desde el Imperio Romano. El objetivo fundamental era eliminar las fluctuaciones (variaciones) en el cambio de las diversas monedas nacionales. Estas variaciones afectaban constantemente al comercio y las inversiones entre países. Esta incertidumbre era uno de los últimos obstáculos para que el mercado único funcionara de forma eficaz. El llamado plan Delors que daría lugar a la UEM incluía diferentes aspecto: - Estableció criterios de convergencia para que las economías europeas aproximaran su comportamiento, especialmente su gasto público e inflación. - Creó el Banco Central Europeo (BCE) para dirigir la política monetaria común (tipos de interés y tipo de cambio del euro). - Fijó la paridad (tipo de cambio) final entre las monedas nacionales para que pudieran ser sustituidas por el euro. Adoptar una moneda única entre países con economías muy diferentes en tamaño y riqueza no es sólo una decisión política. Implica alinear todas las economías participantes en una disciplina común de ingresos y gastos (presupuestos de los gobiernos o política fiscal) para evitar que la nueva moneda pierda su valor. Para asegurar que todas las economías se sometieran a esta disciplina, fue necesario un tiempo de preparación y prueba de diez años. La disciplina común se concretóen los criterios de convergencia, también conocidos como "criterios de Maastricht" - cuyo cumplimiento era condición para que un país entrara en el euro-: § Que el déficit público no fuera mayor del 3% del PIB nacional § Que la deuda pública no superara el 60% del PIB nacional. Estos dos requisitos de entrada se convirtieron en el Pacto de Estabilidad: obligan a los países del euro -la eurozona- de forma permanente, incluso después de adoptar la moneda única Son la clave del buen comportamiento económico, pues si los gobiernos siguen esta disciplina fiscal logran otros resultados decisivos para mantener el valor de la moneda: estabilidad de precios: una inflación similar entre los países; unos tipos de interés bajos; un tipo de cambio de la moneda: mantenido con pocas variaciones durante un tiempo antes de la adopción del euro. Gracias a este Pacto, 16 países de los 27 miembros de la UE tienen el euro. Y otros países europeos están en vías de entrar en la eurozona. Además, el vigente Pacto de Estabilidad hace que el euro sea una moneda fuerte, con un valor constante que inspira confianza en la economía mundial. El Pacto se revisó en 2005 al considerar que era demasiado estricto, por lo actualmente es difícil que se sancione a algún Estado miembro a no ser que se mantenga un déficit excesivo durante varios años. Además, y como consecuencia de los excesos de gasto público en que han incurrido varios países y de las dificultades presupuestarias derivadas de la crisis económica, el criterio de evitar el déficit presupuestario excesivo, derivado del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, se ha flexibilizado, en contra de la opinión de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo. El Consejo de Asuntos Económicos y Financieros es, junto con el Consejo de Agricultura y el Consejo de Asuntos Generales, una de las formaciones más antiguas del Consejo. Se lo denomina habitualmente Consejo Ecofin, o simplemente "Ecofin", y está compuesto por los Ministros de Economía y Hacienda de los Estados miembros, así como por los Ministros de Presupuesto, cuando se debaten cuestiones presupuestarias. Se reúne una vez al mes. El Consejo Ecofin abarca la política de la UE en una serie de ámbitos, que incluyen la coordinación de las políticas económicas, la vigilancia presupuestaria, la supervisión de las políticas presupuestarias y las finanzas públicas de los Estados miembros, el euro (aspectos jurídicos, prácticos e internacionales), los mercados financieros y los movimientos de capital y las relaciones económicas con terceros países. Adopta sus decisiones principalmente por mayoría cualificada, en consulta o en codecisión con el Parlamento Europeo, excepto los asuntos fiscales, que se deciden por unanimidad. El Consejo Ecofin también elabora y adopta anualmente, junto con el Parlamento Europeo, el presupuesto de la Unión Europea, que asciende a unos cien mil millones de euros.

Respecto a los agentes de la cooperación bilateral, se distinguen tres principales:

I.- La Administración central, en cuyo seno los ministerios predominantes, dependiendo de cada donante, son el de Asuntos Exteriores y el de Economía y Hacienda, existiendo generalmente una agencia de cooperación al desarrollo especializada, de carácter autónomo o adscrita a alguno de los ministerios rectores en materia de cooperación. II.- Las administraciones territoriales distintas al Estado central (en el caso español, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales) que llevan a cabo la cooperación oficial descentralizada. III.- Las ONGD, organizaciones que canalizan en todos los países del CAD un porcentaje creciente de la AOD bilateral no reembolsable, sobre todo en partidas destinadas al sector social y a la ayuda humanitaria y de emergencia. Empresas, sindicatos y universidades también se están convirtiendo en agentes con protagonismo creciente. La cooperación internacional para el desarrollo no puede servir como instrumento único para la lucha contra la pobreza. A esta actividad, habría que añadir cambios en el orden económico internacional, y en otras dinámicas de las relaciones internacionales que permitan a los países del Sur obtener un margen de maniobra en la gestión de sus propios recursos y un mayor impacto de la cooperación al desarrollo en el desarrollo humano sostenible.

LAS NACIONES UNIDAS Origen histórico, principios y propósitos en la Carta, el "sistema" de las Naciones unidas, estructura y órganos, programas actuales de UN, el proceso de globalización y la reforma.

La Organización de las Naciones Unidas es el organismo cúpula del sistema internacional concebido durante la Segunda Guerra Mundial por los representantes de 26 Estados aliados para luchar contra las potencias del Eje. La Carta de las Naciones Unidas, que crea la organización, se firmó el 26 de junio de 1945 en San Francisco, al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año. En su etapa inicial contaba con 51 Estados miembros. A lo largo de los años, y tras sucesivas incorporaciones, ha conseguido agrupar a 193 estados miembros, prácticamente todos los países soberanos reconocidos internacionalmente, más dos miembros en calidad de observadores; la Ciudad del Vaticano y el Estado de Palestina. Los Estados miembros de las Naciones Unidas mantienen delegaciones ante la organización internacional a cuyo frente figura un diplomático representante permanente con categoría de embajador. La Organización tiene su sede en Nueva York y subsedes en Ginebra (la antigua sede de la Sociedad de Naciones), Viena y Nairobi aunque hay Agencias especializadas y órganos subsidiarios desparramados por todos los continentes. Los objetivos o propósitos de las Naciones Unidas están definidos en el primer artículo de la Carta fundacional: el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales; el fomento de las relaciones de amistad entre las naciones con respeto al principio de igualdad soberana de todos los miembros y de la libre determinación de los pueblos, así como la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario en base al respeto de los derechos humanos y de las libertades individuales a través de la cooperación internacional. A continuación, y para la ejecución de estos objetivos, la Carta establece unos principios de actuación de la organización y sus estados miembros. Entre ellos, cabría destacar los siguientes: el respeto al principio de la igualdad soberana de todos los Miembros; el uso de medios pacíficos para el arreglo de las controversias internacionales; y la obligación de prestar ayuda en cualquier acción que se ejerza de conformidad con la Carta, al tiempo que no lo harán con los Estados contra los que la Organización estuviere ejerciendo acción preventiva o coercitiva. En términos de nuestra sociedad globalizada actual, las Naciones Unidas tratan de reforzar la gobernabilidad internacional ya que los problemas globales no conocen fronteras nacionales y solamente los organismos del sistema de las Naciones Unidas pueden respaldar la creación de bienes públicos globales (paz y seguridad, sistema financiero mundial estable, sistema comercial abierto y equitativo) y luchar contra las desigualdades mundiales mediante el reforzamiento de las instituciones globales y la convocatoria de conferencias globales sobre temas que preocupan a la humanidad . Para llevar a cabo estas funciones, las Naciones Unidas cuentan con un Presupuesto que es aprobado bianualmente por la Asamblea General a la vista de la propuesta del Secretario General que debe ser refrendada por la Comisión Consultiva en Asuntos Administrativos y de Presupuesto. La fuente principal de recursos destinados al Presupuesto Ordinario procede de las contribuciones de los Estados miembros con arreglo a una escala determinada por la capacidad de pago de cada uno. El Sistema o Familia de las Naciones Unidas consta de la Organización de las Naciones Unidas propiamente dicha, con sus seis órganos principales (Asamblea General, Consejo de Seguridad, Corte Internacional de Justicia -con sede en el Palacio de la Paz de La Haya-, Consejo Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria y Secretaría), y cuenta también con numerosísimos programas y órganos así como con órganos subsidiarios, Comisiones Orgánicas y Regionales, Organismos u Agencias especializadas y Departamentos, además de numerosas comisiones y comités de distinto tipo..

La UE como actor en el mundo

La UE es un actor global que cuenta con capacidades objetivas en materia de población (500 millones), comercio (la cuarta parte del mundial), ayuda y cooperación internacional (60% del total) o estructura diplomática (más de 125 delegaciones en todo el mundo). Los distintos actores de la sociedad internacional se caracterizan por su capacidad de influir en las cuestiones internacionales relevantes de cada momento histórico. El peso político y diplomático de la Unión Europea debería ser proporcional a su población, superficie y capacidad económica. Sin embargo, esto no es así. En gran parte, porque la acción exterior de la UE como política dentro del proceso de integración que le permite una relación influyente con el mundo es todavía joven y se encuentra en pleno desarrollo. Por este motivo, se dice de forma general que la acción exterior de la UE es uno de los grandes retos en el futuro de todos los europeos. Necesitamos una mayor integración de la PESC en ese ámbito para sacar el máximo partido a nuestros objetivos políticos, económicos, comerciales y de cooperación y adaptarlosa los cambios en el contexto internacional.

La ayuda humanitaria

La UE está presente en zonas en crisis en todo el mundo, incluida Libia, Afganistán, los Territorios Palestinos y muchas partes de África y el Sudeste Asiático. También lleva a cabo operaciones de auxilio en zonas que llevan muchos años en conflicto o en otras en las que impera la inestabilidad tras el conflicto. Ayudar a las poblaciones más vulnerables del mundo es un imperativo moral para la comunidad internacional y la Comisión Europea tiene un compromiso contraído mucho tiempo atrás de ayudar a las víctimas de este tipo de crisis. Su Departamento de Ayuda Humanitaria proporciona asistencia directa a las víctimas con independencia de su nacionalidad, religión, sexo u origen étnico. Las operaciones de auxilio de la UE corren a cargo de ECHO, el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea. Sus actividades reflejan la proliferación de crisis graves en todo el mundo y la disposición de la UE de llevar la iniciativa en las tareas de protección civil y ayuda humanitaria a las víctimas, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Su presupuesto anual medio en los últimos años oscila en torno a 900 millones de euros. El primer cometido de ECHO es ayudar a salvar vidas, reducir el sufrimiento y proteger la integridad y la dignidad de los afectados. La ayuda de emergencia puede consistir en tiendas de campaña, mantas, alimentos, medicamentos, equipos médicos, sistemas de depuración de agua y combustible. ECHO concede asimismo financiación para personal médico, expertos en desminado, apoyo logístico y transporte. Desde 1992 ha operado en más de 130 países. Además de las tareas de ayuda humanitaria, ECHO facilita la coordinación de la protección civil en toda la UE. Es responsable del Centro de Control e Información, que es el corazón operativo del Mecanismo de Protección Civil de la UE . Cualquier país afectado por una catástrofe —ya sea miembro o no de la UE— puede solicitar ayuda a través de este Centro, que actúa como un nudo de comunicaciones entre los países participantes y el afectado, y proporciona información actualizada sobre la situación de emergencia. Además, el Centro de Control e Información desempeña un papel de coordinación al acomodar las ofertas de ayuda de los países participantes a las necesidades del país afectado por la catástrofe. La UE y ECHO no pueden movilizar por sí solos recursos de la envergadura necesaria para suministrar ayuda de emergencia y equipos de rescate, montar hospitales de urgencia sobre el terreno e instalar sistemas provisionales de comunicaciones. Aunque ECHO financie y coordine estas operaciones, es necesaria la ayuda de los propios países de la UE para las tareas de protección civil. En las operaciones humanitarias, sin embargo, ECHO recurre a la ayuda de organizaciones no gubernamentales (ONG), las agencias especializadas de la ONU y las organizaciones de la Cruz Roja o la Media Luna Roja para gestionar los programas de emergencia.

La Unión Europea en la sociedad internacional

La UE interactúa con el resto del mundo y no sólo a través de las relaciones de sus Estados miembros con otros países, sino también como un actor con entidad propia. El peso que la Unión Europea tiene en el mundo, acorde con su potencial demográfico, económico y financiero, supone una gran responsabilidad con el buen gobierno y con los problemas fundamentales de la humanidad. Por ello, la UE es el mayor donante de fondos de cooperación y ayuda al desarrollo de los países que, por su pobreza, más lo necesitan. El proceso de integración que comenzó en 1957 suponía eliminar los obstáculos al comercio interno y dotarse de una política común para comerciar con terceros Estados. De hecho, fue esa política comercial común el origen de las relaciones exteriores de la actual UE y uno de los primeros ámbitos en el que los estados cedieron una parte de su soberanía nacional. Una de las primeras medidas adoptadas en conjunto fue la de compartir la financiación de una parte de la cooperación y de la ayuda que los Estados fundadores destinaban a sus antiguas colonias en el proceso de acceso de cada una de ellas a la independencia. La UE ha ido creciendo no sólo en estados miembros sino también en su acción exterior, ampliando sus relaciones y mejorando los distintos acuerdos de cooperación económica y comercial, así como de ayuda y cooperación al desarrollo con el resto del mundo. Así, se han formalizado sucesivas generaciones de acuerdos y tratados con Marruecos, México, Chile, entre otros, y se están negociando con los países del MERCOSUR y de la Comunidad Andina. También ha establecido relaciones con otras organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio (OMC), en este caso para propiciar unas normas que aseguren la libertad del comercio Internacional y faciliten el acceso de los productos de los Estados en desarrollo a los mercados europeos. Una dificultad que ha existido siempre en el ámbito de la acción exterior de la UE es la necesaria coordinación entre los Estados, tanto en la Asamblea como en el Consejo, para evitar posiciones diferentes, e incluso encontradas en asuntos fundamentales. La entrada en vigor del Tratado de Lisboa mejora la posibilidad de llegar a posiciones comunes y crea instrumentos estables de coordinación.

Debilidades y fortalezas de la acción exterior de la UE

La UE tiene un gran peso específico en casi todos los ámbitos relevantes de influencia internacional pero: · con desigual potencial en los diversos instrumentos de que dispone para desempeñar su papel en la sociedad internacional (desequilibrio), · con expectativas superiores a sus posibilidades (desfase entre expectativas y capacidades), · con objetivos y resultados limitados (insuficiente nivel de ambición y eficacia), · más preparado para conseguir sus objetivos colectivamente en un entorno multilateral (multilateralismo eficaz) que individualmente en uno multipolar, · carente de la visión necesaria para llegar a ser un actorglobal. Ante estas debilidades, los Estados miembros deben proporcionar a la UE la orientación política internacional y estratégica que precisa para ser un actor global en los próximos años y crear los instrumentos necesarios para actuar en el mundo con un mayor peso político y diplomático. Las relaciones económicas, comerciales y de ayuda humanitaria son sólo una parte de la acción exterior de la Unión Europea, ya que de forma activa también desarrolla e impulsa reformas en otros ámbitos fundamentales de la sociedad internacional. Así, su política de cooperación con los países en desarrollo se orienta a propiciar reformas en aspectos clave para conseguir una mejora de las políticas públicas. El objetivo de la Unión Europea es mejorar aquellos ámbitos que influyen de forma directa en el denominado buen gobierno o gobernanza de la sociedad internacional, llevando a cabo para ello acciones que propicien la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la defensa de los derechos humanos, la protección de los derechos fundamentales, especialmente de las poblaciones vulnerables, la lucha contra la impunidad y la injusticia social, y la búsqueda de una mayor transparencia de los poderes públicos y la lucha contra la corrupción. En un mundo donde de forma creciente existe una mayor globalización (mundialización) e interdependencia (mayor relación) entre los distintos actores de la sociedad internacional, la búsqueda individual de soluciones para algunos de los grandes retosglobales no es suficiente. Por ello, es necesario unir esfuerzos y afrontar conjuntamente los riesgos sobre la Humanidad, como el calentamiento global, la dependencia energética, el terrorismo internacional e, incluso, las crisis económicas o financieras. En los más de 50 años desde el inicio del proceso de integración europea, se ha conseguido unir a todo un continente, desde el Atlántico hasta el mar Negro, integrando ensu seno a 27 Estados muy diferentes. El proceso de ampliación de la Unión Europea es continuo y cualquier Estado puede solicitar el ingreso, siempre y cuando reúna ciertos requisitos. En la actualidad, estados como Croacia o Turquía han presentado su candidatura oficialmente y otros como Albania, con candidatos potenciales. La Unión mantiene además muy buenas relaciones con sus vecinos europeos: Noruega, Liechtenstein y Suiza. Todos ellos han desarrollado una intensa labor para coordinar y poner en consonancia sus respectivas normativas con el mercado único de la Unión Europea. De igual forma, la UE ha realizado un esfuerzo considerable para consolidar y ampliar sus relaciones con los vecinos del este y sur de Europa, especialmente con Rusia, Ucrania, Moldavia y las repúblicas del Cáucaso y de Asia Central, así como con los países del Mediterráneo Sur o Euromed. Con todos ellos se están negociando acuerdos de asociación y cooperación en el ámbito económico y comercial, así como en otras cuestiones políticas y sociales de interés mutuo. La alianza de la Unión Europea y suspaíses miembros con Estados Unidos, dentrode una relación histórica de amistad ycooperación transatlántica, es una de las piezasfundamentales de la acción exterior de laUnión, especialmente con relación a la implementaciónde la PESC y PESD.

LAS INSTITUCIONES Y LOS ÓRGANOS DE LA UNIÓN EUROPEA

La Unión Europea cobija en su ámbito a 500 millones de personas, organizados dentro de 27 Estados soberanos e independientes y en unas 400 regiones. Las instituciones que han sido creadas para gestionar tan inmenso poder son cinco. Funcionan acompañadas de diversos órganos auxiliares. 1. CONSEJO EUROPEO: Está formado por los jefes de Estado o de gobierno de los países. Tiene la facultad de dar los impulsos necesarios para el desarrollo de la Unión y de definir las orientaciones y prioridades políticas generales que debe seguir la Unión Europea. Es la institución que nombra los cargos más importantes. En caso de no lograrse por consenso, lo hará votando según el sistema de mayoría cualificada. El sistema de votación por mayoría cualificada, llamado de doble mayoría, tiene en cuenta dos aspectos: por un lado, cada Estado como tal, considerado desde el principio de la igualdad; y por otro, en función del número de habitantes que cada uno de ellos. El presidente del Consejo Europeo o informalmente el presidente de la Unión, es una de las más altas posiciones institucionales de la Unión Europea, y sin duda la más simbólica. Su proyección exterior se corresponde con la más alta representación de la UE en el ámbito de la política exterior y de seguridad común, al nivel de los jefes de Estado 2. COMISIÓN: La Comisión Europea es la rama ejecutiva de la Unión Europea, dadas las competencias que tiene de gestión, ejecución, control e iniciativa legislativa. Su Presidente es elegido por el Consejo Europeo entre personalidades de la tendencia que más votos obtiene en las elecciones al Parlamento Europeo. Está integrada por el Presidente y los denominados Comisarios, que son responsablen de los departamentos (direcciones generales y servicios) y, en su caso, agencias ejecutivas que les asigne el Presidente. 3. CONSEJO DE LA UNIÓN EUROPEA. Sirve para defender los intereses de los Estados. Está formado por ministros de los gobiernos de los Estados o personas con rango ministerial. Toma decisiones de gobierno, teniendo función legislativa. Su poder normativo opera por medio de reglamentos, directivas o decisiones. Aunque el Consejo es uno, tiene diversas formaciones dependiendo de la competencia o competencias ministeriales que aborde (agricultura, industria, transportes, juventud...). El Consejo, para preparar las cuestiones, recibe el asesoramiento del Comité de Representantes Permanentes formado por los embajadores de los Estados miembros ante la Unión Europea. 4. PARLAMENTO EUROPEO: El Parlamento Europeo comparte con el Consejo la función legislativa. Es la Cámara Baja de la Unión Europea. El procedimiento legislativo conjunto entre ambas cámaras es conocido con el nombre de codecisión. Se introdujo con el Tratado de Maastricht y atribuye a la Comisión la iniciativa de presentar propuestas ante el Parlamento, iniciando así un proceso que busca el acuerdo entre ambas instituciones a través de hasta tres rondas sucesivas de propuestas y contrapropuestas. Tiene poder para controlar a la Comisión obligándola incluso a dimitir (moción de censura). Los parlamentarios son elegidos por los ciudadanos de toda la Unión. Las elecciones se celebran cada cinco años. Con el sistema de sufragio universal directo se han celebrado siete elecciones (entre 1979 y 2009). Cada país tiene el número de escaños que le corresponde según su número de habitantes. Los parlamentarios en el hemiciclo no se sientan por países sino por grupos políticos parlamentarios. 5. TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN EUROPEA: Es el encargado de impartir la justicia de toda la Unión. Su función es garantizar el cumplimiento del Derecho comunitario europeo en los Estados de la Unión y se caracteriza por su naturaleza judicial y supranacional. Está formado por 27 magistrados procedentes de cada uno de los países miembros. Sus decisiones se imponen a todos los parlamentos, gobiernos, y tribunales de justicia de la Unión Europea. Junto a estas cinco, forman parte de las instituciones de la UE, el Banco Central Europeo (BCE), cuya función principal consiste en mantener el poder adquisitivo del euro y, de este modo, la estabilidad de la eurozona. Y el Tribunal de Cuentas, que supervisa la financiación de las actividades de la UE. Entre los órganos auxiliares, debemos mencionar al Comité Económico Social (CESE) y al Comité de Regiones (CdR). El primero representa a las patronales empresariales y a los sindicatos obreros. El segundo a las regiones, las provincias y los ayuntamientos. Se trata de órganos meramente consultivos. El Defensor del Pueblo Europeo, por su parte, con sede en Estrasburgo, investiga las reclamaciones por mala administración de las instituciones y organismos de la UE

LOS INSTRUMENTOS DE LA PROYECCIÓN EXTERIOR DE LA UE: SOFT POWER (PODER BLANDO

La Unión Europea cuenta con visiones estratégicas, geográficas y temáticas que orientan el desarrollo conjunto, equilibrado y coherente de sus relaciones con el resto del mundo. Se ha ido dotando de distintos instrumentos de influencia, pero quiere ser principalmente un poder blando (softpower) dentro de la sociedad internacional. Poder blando, en inglés soft power, es un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por ejemplo un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos. El término fue acuñado por el profesor de la Universidad Harvard Joseph Nye. El valor del término en cuanto concepto o teoría política ha sido bastante discutido, a pesar de haber sido ampliamente utilizado como forma de diferenciar el poder sutil de la cultura o de las ideas, frente a formas más coercitivas de ejercer presión, también llamadas poder duro, como por ejemplo la acción militar, o como las presiones y condicionamientos de tipo económico. La Unión Europea (UE), es un claro ejemplo del manejo de soft power, debido a que está "fundada sobre los valores de respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto a los derechos humanos, incluidos los de las minorías. Además, las sociedades de los Estados miembros se caracterizan por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres" En un mundo cada vez más interdependiente, la UE trabaja por una globalización económica y comercial más justa, que redunde en beneficio de todos, y también en la búsqueda de estabilidad política en el mundo. De esta manera, realizando labores de cooperación y ayuda, la Unión contribuye a alcanzar los objetivos de paz, desarrollo y seguridad para todos. Es necesario recordar que nos encontramos en un mundo multipolar y que, bajo estas circunstancias de la sociedad internacional, los Estados de la Unión Europea sólo pueden defender sus valores, objetivos e intereses si hablan con una sola voz en el mundo.

GLOBALIZACIÓN

La celeridad e intensidad de los cambios, así como la multiplicidad de actores y foros de negociación simultáneos han introducido transformaciones profundas en la orientación, en el diseño y en la instrumentación de las relaciones internacionales en los últimos años. La discusión sobre las transformaciones actuales de la sociedad internacional y el cambio de las dinámicas e interacciones que en ella se producen, es una de las cuestiones que despierta más interés y polémica en la disciplina de las relaciones internacionales. El fin del período denominado Guerra Fría y el paso a una nueva Era denominada comúnmente globalización, como realidad y a la vez tópico, ha dado lugar a un renovado debate sobre este tema que se concentra en la naturaleza del cambio cuantitativo y cualitativo, los escenarios alternativos dentro del sistema internacional y los temas principales dentro de la que se denomina agenda global. La mayor parte de las veces esta discusión tiende a desarrollarse en un marco demasiado estrecho, limitándose a especular sobre los rasgos que tendrá el orden emergente, partiendo de la sustitución del orden anterior por otro comúnmente denominado: globalización. Es necesario tener en cuenta que toda reflexión sobre las tendencias globales debería incluir, no sólo los aspectos ligados a los cambios, sino sobre todo un estudio detallado de los elementos de permanencia y continuidad, lo que permitirá saber hasta qué punto existen un cambio real de las dinámicas fundamentales profundas de la sociedad internacional. La discusión sobre la profundidad de los cambios suelen soslayarse o ignorarse, particularmente en los trabajos de los teóricos que asumen las visiones extremas; es cierto que la globalización es uno de los rasgos característicos de la economía internacional de fin de siglo, pero la importancia de este fenómeno se deriva de dos hechos.: por un lado, tiene un impacto director sobre el funcionamiento de los mercados y la efectividad de las políticas públicas, pero por otro, produce cambios desiguales en la relación entre Estado y mercado, condicionando la extensión y el papel de las políticas públicas. El actual sistema internacional hereda los más destacados problemas y dinámicas de la Guerra Fría, agravados, en la mayoría de los casos, por algunos de los efectos negativos de la globalización. Estas transformaciones que afectan a los Estados se suman a los nuevos paradigmas que sustentan las políticas domésticas de desarrollo, emprendidas por las distintas áreas internacionales en grados y ritmos distintos. En los nuevos contextos políticos y económicos nacionales e internacionales, se ha vuelto imprescindible articular las políticas internas de desarrollo y modernización con los objetivos e instrumentos de las políticas exteriores. Las "agendas" de ambas políticas, tal como se evidencia en materia de relaciones políticas, comerciales, financieras, o de consolidación de los esquemas de integración regional, se mezclan y se retroalimentan constantemente. Debido a la interdependencia que caracteriza a la globalización, las implicaciones del entorno sobre las economías nacionales y sobre la propia estructura, funciones del Estado tienden a ser automáticas y rápidas, a veces impredecibles y, a menudo, incontrolables. Es por ello, que uno de los temas más analizados y comentados hoy en día, es el de las limitaciones que el entorno internacional impone a la soberanía de los Estados en su concepción tradicional. La dinámica de la economía contemporánea y la revolución tecnológica han hecho las fronteras obsoletas, alterando la naturaleza del tiempo y el espacio en la política global. En este marco, el Estado es menos autonómo y tiene menos control sobre los procesos políticos, económicos y sociales que se producen dentro de su territorio. La necesidad de abordar con nuevos enfoques el concepto de soberanía en la formulación de las políticas exteriores implica también poner en evidencia el margen de acción - bien sea individual o colectivo- que sigue estando al alcance de los Estados y, por consiguiente, su capacidad de respuesta y de propuesta. El margen de movimiento que pueden tener los distintos Estados, tiene mucho que ver con el proceso de globalización económica y comercial que actúa como un elemento homogeneizador y por ende, los Estados deben introducir aquellos cambios que vienen determinados por aquellas exigencias externas relativas a dinámicas, encabezadas en el ámbito económico y monetario por las instituciones económicas internacionales que, ya fuere por las relaciones bilaterales mantenidas con los distintos Estados o por las relaciones multilaterales establecidas, marcan las líneas directrices de cambio y reforma de las distintas realidades nacionales. En resumen, la existencia de dos desarrollos paralelos: por un lado, los Estados nacionales continúan siendo la unidad de organización central de la organización de las sociedades y de las políticas públicas, y por el otro, el peso relativo de las economías nacionales en el sistema internacional se ha alterado sensiblemente en las dos últimas décadas, dependiendo de las dinámicas externas. Es necesario destacar que uno de los cambios fundamentales producido por la globalización, es el debilitamiento de la "estructura histórica" del sistema internacional derivado de los dos siglos anteriores. Si hubiera que definir estas transformaciones, siguiendo esta línea de razonamiento, el cambio tiene importantes implicaciones prácticas, entre otras: a) La crisis de su principio ordenador: la soberanía del Estado, entendida como poder supremo sobre una población y un territorio. b) La crisis de su patrón básico de comportamiento: la búsqueda de la autonomía en un mundo caracterizado por las rivalidades interestatales. c) La crisis o, al menos, el profundo cuestionamiento de las reglas de coexistencia y las instituciones en las que se basó este orden, particularmente, el equilibrio de poder, la acción de los grandes poderes en sus áreas de influencia y la guerra. Estas crisis simultáneas cuestionan la premisa central del orden westfaliano, en donde los Estados entendidos como entidades relativamente autosuficientes, con un dominio exclusivo sobre un territorio y una población, que no responden a ninguna autoridad superior, ha dado paso a una nueva situación que transforma su naturaleza política en donde existirá una lectura principalmente económica y comercial de los intereses de los Estados. Sin embargo, en este proceso estamos viviendo una etapa que, de forma inevitable, se abre con el 11 de septiembre de 2001 y que llegaría al momento actual. Este período coincidiría con el inicio de la política de seguridad preventiva desarrollada por la administración estadounidense de George W. Bush en el ámbito internacional, pasando por los conflictos de Afganistán e Irak. Podrían señalarse tres características en esta etapa: § El calificativo económico y comercial de la globalización, propias de las anteriores, deja paso a los componentes político, militares y estratégicos como ocurriera durante la Guerra Fría. § La afirmación de un liderazgo político y militar al que se supeditan todas las dinámicas globalizadoras. § La afirmación de un unilateralismo hegemónico en el proceso de globalización frente a las dinámicas multilaterales. La globalización con criterios seguros o también, como suele ser presentada, la búsqueda de una seguridad absoluta globalizada. Es evidente que esta visión en donde la globalización queda bajo la "vigilancia" de los objetivos de búsqueda de la seguridad absoluta globalizada, enlaza con la Estrategia de Seguridad Nacional puesta en marcha por los Estados Unidos en este período de globalización de la seguridad.

. La Unión Europea: Proceso histórico y estructura institucional

La construcción de la Unión Europea refleja la tensión entre los diferentes enfoques con los que se aborda: desde los que sueñan con unos Estados Unidos de Europa hasta los que prefieren acuerdos entre gobiernos sobre temas de interés conjunto. Desde la Historia, la Unidad de Europa aparece de forma constante, a través por ejemplo del arte o de fenomenos como la Ilustración. Junto a la unidad, y no con menos fuerza que ella, está la diversidad: de Estados, de lenguas, de ideologías, etc. Esta doble fuerza: la unidad y la diversidad, ha hecho que muchos autores abogaran por hacer de Europa una construcción armónica. Las tendencias unitarias han sido más frecuentes en el siglo XX. Terminada la 2ª Guerra Mundial el número de impulsores a favor de la unión de Europa se multiplicó. Personalidades como Churchill y organizaciones Internacionales como el Consejo de Europa y la Organización Europea de Cooperación Económica esbozaron intentos de integración de los países europeos. Se cometieron varios errores, como querer empezar por la unión política o incluso por la integración económica. Fue, sin embargo, el sentido de la realidad el que se impuso en favor de la eficacia. Lo que llevó al inicio de la construcción deseada fue la cooperación. Se hizo en el marco de la OECE, son diversos acuerdos, como el monetario y algunas liberalizaciones. En la integración económica limitada surgió el BENELUX (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) y en la sectorial, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). La CECA fue el primer paso que se dio en la construcción de la Unión Europea. La concreción del proyecto fue obra de Jean Monet, uno de los padres de Europa, que pretendía conseguir la paz poniendo bajo una autoridad única los instrumentos que servían para construir las armas de guerra: carbón y acero. Pero además, se lograba por primera vez en la historia que los Estados renunciasen voluntariamente a una parte de su soberanía para ejercerla de forma compartida. Las fronteras, para el carbón y el acero, quedaban suprimidas entre Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. La CECA fue un éxito. Se trabajó entonces a favor de la creación de un Mercado Común para todos los sectores de la producción al que se dio el nombre de Comunidad Económica Europea y que llegó con el Tratado de Roma de 1957.

El Tratado de Lisboa

La entrada en vigor del Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009 supone un avance en el proceso de integración europea. El nuevo texto proporciona a la Unión el marco jurídico y los instrumentos necesarios para hacer frente a los retosdel futuro y dar respuesta a las exigencias de los ciudadanos. Se propone conseguir: · Una Europa más democrática y transparente: El Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales tendrán mayor protagonismo, habrá más oportunidades para que los ciudadanos hagan oír su voz y será más fácil saber cómo se reparten las tareas en los escenarios europeo y nacional. · Una Europa más eficaz, con métodos det rabajo y votación simplificados, instituciones modernas y adaptadas a la Unión de los Veintisiete y con mayores capacidades de actuación en los ámbitos prioritarios para la UE de hoy. · Una Europa de derechos y valores, libertad, solidaridad y seguridad, que potencie los principios de la Unión, conceda rango de Derecho primario a la Carta de los Derechos Fundamentales, establezca nuevos mecanismosde solidaridad y garantice una mejor protección a sus ciudadanos. En el ámbito de su acción exterior, el Tratado de Lisboa busca ampliar y fortalecer los instrumentos de la acción exterior europea a la hora de elaborar y aprobar nuevaspolíticas. Gracias a este tratado, Europa está en condiciones de expresarse con más claridad ante sus socios internacionales. Se pondrán en juego todas las capacidades económicas, humanitarias, políticas y diplomáticas de la Unión para defender sus intereses y valores en todo el mundo, respetando a su vez los intereses particulares de los Estados miembros en el marco de sus relaciones exteriores.

OCDE y CAD

La organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) tiene sus raíces en el plan Marshall mediante el cual se apoyó la reconstrucción de los cimientos económicos de Europa. Hoy en día, es una organización que agrupa a 30 países de Europa, América, Asia y Oceanía, que tienen en común gobiernos democráticos y economías de mercado. La OCDE facilita a estos gobiernos el intercambio de experiencias comparadas, en políticas públicas de excelencia para el desarrollo, identificando buenas prácticas permite sustentar dichas políticas, apoyando el dialogo entre países para alcanzar el desarrollo global. Entre sus objetivos están a) proveer de información estadística y análisis de políticas sectoriales; b) identificar políticas públicas exitosas y temas emergentes y c) realizar recomendaciones en las diferentes áreas del desarrollo. Para cumplir su labor, la OCDE se organiza mediante comités donde participan los estados miembros más organizaciones del ámbito privado, sociedad civil y multilateral que contribuyan al trabajo de la OCDE.

LOS ESTADOS EN LA SOCIEDAD GLOBAL La Sociedad Internacional

La posición mayoritaria en los estudios en España comparte el criterio de adoptar el concepto de sociedad internacional como base para conceptuar y delimitar el objeto de las relaciones internacionales. La complejidad y el dinamismo, principales características de la realidad internacional, más aún hoy con las modificaciones trascendentales que estamos viviendo, no nos permite desperdiciar elementos de juicio en el estudio científico del medio internacional, adoptando criterios restrictivos que dejarían fuera elementos imprescindibles para realizar un análisis crítico de los acontecimientos internacionales y en la configuración de un diferente orden internacional. Tanto el enfoque realista, como los idealistas, mayoritarios en las relaciones internacionales, están condicionados no sólo por la propia realidad internacional, sino también por la percepción que de esa realidad tiene el estudioso que determina sus prioridades de estudio. En este sentido puede señalarse la existencia de un claro consenso intelectual y científico, que ha generado una visión estatalista de las relaciones internacionales, guiando la investigación empírica para dar respuestas a los problemas que planteaba la "política internacional". Esta interpretación dominante de las relaciones internacionales sólo ha conocido excepciones aisladas, desde el marxismo más clásico en la consideración internacional del concepto de clase social, pasando por la teoría del imperialismo y de la dependencia, hasta aquellas que, tomando algunos de los válidos instrumentos analíticos y científicos aportados por estas últimas y también por otros enfoques y visiones, consideran que el concepto que mejor define dicha realidad, objeto último de las Relaciones Internacionales como disciplina científica, es el de sociedad internacional (sean cuales sean sus actores). La noción de sociedad internacional es la más adecuada: 1.) En primer lugar, porque es fiel reflejo del carácter compuesto y complejo de las relaciones que se producen en la escena internacional de nuestros días, y 2.) En segundo lugar porque introduce la perspectiva valorativa: las RRII no se pueden desvincular del carácter valorativo. Esta interpretación estará en consonancia con la de George Schwarzenberger, que define las relaciones internacionales como el estudio de "las relaciones entre grupos, entre grupos e individuos y entre individuos, que afectan esencialmente a la sociedad internacional en cuanto tal". Con una precisión destacable, este autor señalará cuál es el objeto de esta disciplina: "El campo de la ciencia de las relaciones internacionales es la sociedad internacional; las relaciones entre los individuos y grupos que se hallan activa o pasivamente implicados en este complejo social; los tipos de conductas en el medio internacional; las fuerzas que dirigen la acción en la esfera internacional y las pautas de las cosas que hayan de ocurrir en el ámbito internacional". Partir de una base tan extensa, en donde podría criticarse que cabe casi todo (incluidos determinados fenómenos o acontecimientos de la política interna, como apunta la Tª del Linkage), complica sustancialmente su propia definición, pero toda investigación científica tiene que tender necesariamente a la totalidad en la consideración del objeto estudiado. Esto explica la situación del individuo en la sociedad internacional. Si el sujeto último de las relaciones internacionales es el hombre, éste no se halla en principio directamente en contacto con la sociedad internacional, sino que se encuentra "mediatizado" por la sociedad política, por el Estado. Entre los individuos y la sociedad internacional está la política particular, el Estado, y a través de dicha instancia han de actuar aquéllos. No existen, por tanto, RRII entre individuos. En un sentido amplio, una sociedad es internacional cuando el poder está descentralizado, distribuido entre grupos que lo monopolizan en sus respectivos territorios. Y será estatal cuando el poder esté centralizado, monopolizado por una instancia suprema que se impone a los sujetos en un territorio. Éste es, por otra parte, el criterio para distinguir las uniones de Estados de derecho político (federación, Estado federal) y las de derecho internacional (confederación). Esencialmente, pues, la sociedad internacional una sociedad de comunidades humanas con poder de autodeterminación, de entes colectivos autónomos. Como consecuencia de esta estructura, dentro de la sociedad internacional operan dos tendencias contradictorias que provocan una tensión continua: a) Una tendencia "centrífuga" (centrípeta para cada sociedad política o estatal particular): las sociedades políticas dotadas del poder de coerción legítima tienden a reforzar los vínculos internos, a hacerse autosuficientes, a no depender de nadie, en detrimento de las relaciones internacionales. b) Una tendencia "centrípeta" (centrífuga para cada sociedad política o estatal particular): la innata sociabilidad human, que no se detiene ante obstáculos como las fronteras políticas, provoca el comercio internacional, que en definitiva es fuente de enriquecimiento mutuo. La referencia a la sociedad internacional permite aprehender las relaciones internacionales desde una óptica distinta a la utilizada por criterios y conceptos alternaivos como pueden ser el de sistema internacional, comunidad internacional o medio internacional. El concepto de sociedad varía significativamente el alcance y sentido de las relaciones consideradas, por cuanto definirlas como una forma social universal suponer destacar que es más que la simple suma o yuxtaposición de las relaciones existentes en su seno -en donde los Estados serían formas sociales particulares dentro de la universalidad-, sino que supone afirmar la interdependencia existentes entre ellas. La utilización del concepto de sociedad internacional no impide considerar que el Estado sigue teniendo un papel relevante en las dinámicas internacionales, si bien es necesario destacar el protagonismo creciente de otros actores o colectividades que necesariamente hay que tener en cuenta. En resumen, el concepto de sociedad internacional supone aplicar una "conciencia crítica" en el estudio de las relaciones internacionales. Dicho "espíritu valorativo" determinará no sólo el concepto y objeto de las relaciones internacionales, sino que también condicionará las suposiciones fundamentales hechas por los especialistas sobre el mundo dinámico que están estudiando. Dicho de esta forma, la implicación crítica y científica, en un mundo y en una sociedad internacional en cambio. Desde esta perspectiva, serán cuatro las características básicas que interesa subrayar en orden a establecer el alcance de la sociedad internacional. En 7. La existencia de una pluralidad de miembros que mantienen entre sí relaciones estables y no esporádicas. 8. Un cierto grado de aceptación de reglas e instituciones comunes para la regulación y ordenación de esas relaciones. 9. La existencia de u elemento de orden precario e imperfecto, lo que significa que es posible y deseable buscar nuevas formas de convivencia social a través del cambio de las estructuras actuales. 10. El hecho de que esas relaciones sociales configuren un todo complejo que, como señalábamos antes, es más que la suma de las mismas. En su forma actual, la sociedad internacional se presenta como sociedad de Estados (entes jurídicos soberanos). Pero hay que tener en cuenta, y ello es fundamental para comprender las diferencias entre el derecho internacional y el derecho interno, los siguientes hechos: la sociedad internacional en cuanto a sociedad de Estados tiene un número de miembros limitado y relativamente estable; los sujetos de la sociedad internacional son de una gran diversidad, a los cuales es difícil imponer normas comunes; y los Estados, al no disponer aún la sociedad internacional de órganos plenamente desarrollados, ejercen dentro de ésta una doble función (teoría del dédoublement fonctionnel de Georges Scelle): son a la vez "sujetos" y "órganos" de la sociedad internacional, por lo que la sociedad internacional se halla todavía en la fase de autotutela.

LA NUEVA SOCIEDAD GLOBA

MUNDIALIZACIÓN (también POLÍTICA MUNDIAL) En el momento actual, la mundialización -globalización si seguimos la raíz sajona y la terminología al uso más en boga- es una de las características fundamentales de los distintos ámbitos teóricos, económicos y políticos internos e internacionales. El proceso así denominado en el que nos encontramos cuestiona la premisa central del orden westfaliano, en donde los Estados entendidos como entidades relativamente autosuficientes, con un dominio exclusivo sobre un territorio y una población, que no responden a ninguna autoridad superior, ha dado paso a una nueva situación que transforma su naturaleza política. El mundo de hoy es pos-westfaliano: una miríada de restricciones normativas y una enorme pérdida de autonomía debido a fuerzas transnacionales están erosionando la soberanía del Estado en general, y al propio Estado, el piso mismo de la construcción westfaliana, se está resquebrajando en muchas partes del mundo. Sin embargo esta situación no es nueva porque el cuestionamiento del Estado se ha dado en todas las épocas, no es un producto de la modernidad, y en cada época han coexistido distintos tipos de entidades políticas que mantienen relaciones de cooperación y conflicto. No obstante ello, esta dinámica de expansión y contracción nunca presentó tantos desafíos al Estado-nación como en la etapa actual. Puede señalarse que el año 1989, con el cambio de la percepción por parte de los Estados Unidos de que la contención comunista era el principal objetivo en su vinculación con el sistema internacional,

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO INDUSTRIAL (ONUDI)

Organismo especializado de las Naciones Unidas cuyo mandato es promover el desarrollo y la cooperación industriales y actuar como centro de coordinación de las actividades industriales del sistema de las Naciones Unidas. Proporciona servicios a los países en desarrollo y en transición y tanto a los Gobiernos como a los sectores públicos y privado en base, sobre todo, a la cooperación técnica, asesoramiento normativo, promoción de inversiones y apoyo técnico asociándose, en ocasiones, con instituciones financieras de desarrollo y organismos tanto gubernamentales como no gubernamentales, industria pública y privada y asociaciones industriales

COMUNIDAD CENTROAMERICANA DE NACIONES (CCN

Organismo intergubernamental, con algunos aspectos de integración económica regional, formado por ocho países de centro américa. La Comunidad tiene sus orígenes en la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos firmada en San Salvador, en 1951. En el año 1991, mediante el Protocolo de Tegucigalpa se estableció el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) con personalidad juríca propia. A pesar de que el del Sistema de Integración Centroamericano creado por el Protocolo de Tegucigalpa de 1991 preveía la existencia de una serie de instituciones comunes, confiriendo al proceso un auténtico carácter comunitario el sistema ha funcionado siempre con un marcado carácter intergubernamental. El lado económico se inició con el acuerdo de libre comercio e integración que preveía avances hacia la unión aduanera y que solamente entró en vigor en 2000. En 1995, se decidió la creación de la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES) con apoyo del Banco Centroamericano de Integración Económica. La Unión Europea ha apoyado intensamente la integración centroamericana estableciendo un acuerdo de asociación y manteniendo diversas reuniones y cumbres bilaterales. Estados Unidos, por su parte, tras largas y complicadas negociaciones para la ratificación, pudo poner en vigor el acuerdo de libre comercio con ellos (CAFTARD) a partir del 2005.

ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN (FAO

Organización intergubernamental creada en Quebec en 1945 y con sede en Roma. La FAO se propone mejorar los niveles de nutrición y de vida, mejorar la eficiencia de la producción, elaboración, comercialización y distribución de todos los alimentos y productos agropecuarios de granjas, bosques y pesquerías, así como promover el desarrollo rural y mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales y, por conducto de tales medios, eliminar el hambre. Los proyectos y programas de la FAO velan tanto por asegurar la alimentación de esta generación como por conservar y aprovechar los recursos naturales de tal forma que aseguren la no degradación del medio ambiente para generaciones futuras. Los programas deben ser técnicamente adecuados, económicamente viables y socialmente aceptables. Tras años de "Revolución verde" para incrementar las producciones agrícolas, la FAO se esfuerza actualmente por conseguir la "seguridad alimentaria" que además de presuponer la disponibilidad de suministros de alimentos adecuados en todo momento, exige que las poblaciones pobres tengan garantizado en todo momento y situación el acceso a una alimentación adecuada y al agua potable. La FAO se ocupa también del desarrollo de las pesquerías marítimas y en aguas interiores y el desarrollo de la piscicultura, así como la gestión sostenible de los bosques y la promoción de energías renovables en medio rural. Las Naciones Unidas establecieron en 1963, en la sede de la FAO, en Roma, el Programa Mundial de Alimentos que se encarga de proporcionar ayuda alimentaria o de gestionar, vehiculizar y coordinar la ayuda alimentaria bilateral ofrecida por los países donantes a los pobres de los países en desarrollo con vistas a mejorar los niveles de seguridad alimentaria, y también a las poblaciones de los países afectados por catástrofes humanitarias tanto las derivadas de la acción humana como de catástrofes naturales.

El Derecho de las Organizaciones Internacionales

Podemos definir el Derecho de las Organizaciones Internacionales como el conjunto de normas producido en el seno de éstas y por sus órganos. Dado que las organizaciones internacionales son sujetos de derecho internacional derivados que se constituyen a partir de la voluntad de los Estados que las crean, la determinación de su competencia normativa dependerá, en cada caso, de lo que determine su carta constitutiva. Así, cada organización internacional tendrá, en primer lugar, las competencias normativas que le reconozca de forma expresa su carta y, en segundo lugar, aquellas otras que, aún no habiendo sido reconocidas expresamente, sean necesarias para el cumplimiento de los objetivos que se le han fijado. La terminología que pueden adoptar los actos normativos de las organizaciones es muy variada: resoluciones, recomendaciones, decisiones, declaraciones, directivas, dictámenes, etc. Asimismo, los efectos jurídicos también lo son y no dependen de la terminología adoptada. Por ello, para averiguar el grado de obligatoriedad de un determinado acto normativo de una organización, será necesario acudir a su carta constitutiva. En cualquier caso, podemos diferenciar, desde un punto de vista teórico, dos tipos de actos normativos propios de las organizaciones internacionales: aquéllos cuya finalidad es establecer la regulación interna de la organización y aquéllos otros que se orientan al exterior y que van a desplegar sus efectos sobre otros sujetos de Derecho Internacional, ya sean éstos Estados u organizaciones internacionales, y en determinadas ocasiones, particulares. Esta segunda vertiente no se produce en todas las organizaciones internacionales, siendo más frecuente en las organizaciones de integración (como la Unión Europea o el MERCOSUR). Ejemplo paradigmático de esta segunda vertiente mencionada es el derecho comunitario europeo en el que reglamentos y directivas comunitarias pueden generar derechos y deberes para los individuos, siempre que se den una serie de requisitos. Es importante señalar que los actos jurídicos de las organizaciones internacionales tienen una importante incidencia en la formación del derecho internacional. En especial cuando hablamos del Derecho de las Naciones Unidas, desde la vocación de universalidad de esta organización. Y es que, a pesar de que la mayor parte de estos actos normativos no constituye fuente autónoma de derecho internacional (por ejemplo, las Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas), lo cierto es que pueden ser un elemento esencial en el proceso de creación del derecho internacional, se trata de normas convencionales o de normas consuetudinarias. Ejemplos paradigmáticos de este efecto son la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y la Declaración sobre los principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas (1970).

Clasificación

Por ser las Organizaciones Internacionales un fenómeno asociativo en evolución y por su variedad, estructura, finalidades, etc., es compleja su clasificación, pudiéndose distinguir dos grandes criterios: A) En cuanto a sus fines, que normalmente están fijados en el tratado de creación, se puede distinguir entre las que se proponen fines generales y las que persiguen fines específicos o particulares. a.1. Entre las que se proponen fines generales, destacan la ONU (Organización de Naciones Unidas), la OEA (Organización Estados Americanos), la Liga Árabe, y el Consejo de Europa. a.2. La clasificación de las organizaciones internacionales que se proponen actuar para unos fines específicos es difícil, ya que sus objetivos a veces aparecen entrelazados. Aún así, es posible distinguir en este grupo: organizaciones de cooperación preferentemente política o de integración, como la UE (Unión Europea); de cooperación preferentemente militar, con propósitos de defensa y ayuda mutua en caso de agresión (OTAN); de cooperación preferentemente económica, con objetivos económicos y financieros que tienden al desarrollo de relaciones comerciales; de cooperación social, cultural y humanitaria, con finalidad de protección del individuo o de las colectividades (UNESCO) y de cooperación técnica, con pretensiones de cooperación en sectores como comunicaciones postales UPU (Unión Postal Universal) o la OMI (Organización Marítima Internacional), etc. B) El ámbito geográfico de la Organizaciones Internacionales varía en cuanto al número de los Estados que lo forman y su amplitud geográfica, por lo que se puede distinguir entre organizaciones mundiales o universales, interregionales, regionales, y subregionales. a.1. Las organizaciones mundiales o universales, como la ONU, con eminente vocación de universalidad. a.2. Las organizaciones regionales, con amplitud geográfica limitada, tienen su origen en razones políticas, militares, sociológicas, etc. Estas organizaciones se diferencian de las mundiales en que no tienen vocación de universalidad y quedan abiertas sólo a un área geográfica concreta.

ÁREA DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMÉRICAS (ALCA

Proyecto de Organismo hemisférico americano de integración económica lanzado por los Jefes del Estado y de Gobierno de las 34 democracias de la región (todos menos Cuba) que acordaron la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas, o ALCA, en la cual se eliminarían progresivamente las barreras al comercio y a la inversión. La propuesta fue formulada por los Estados Unidos y se aprobó en la Cumbre de las Américas, en Miami, en diciembre de 1994. Desde entonces las negociaciones para llegar a crear el ALCA han ido avanzando si bien las reacciones de América Latina y el Caribe respecto a la propuesta ha variado de unas zonas a otras. Destaca la actitud anti-ALCA encabezada por el Presidente venezolano Hugo Chávez y llegada a su máximo en la reunión de buenos Aires de noviembre de 2005 arroja una gran incertidumbre sobre el futuro del proyecto ALCA que algunos consideran como muerto. Su relevancia radica en los lo depurado de los principios -referidos a la integración económica regional- y en sus avances técnicos nivel técnico respecto a los principales aspectos de lo que debe ser una zona de libre comercio de segunda generación. Además y por si esto fuera poco, los principios del ALCA están quedando incorporados a los sucesivos acuerdos de libre comercio que los estados unidos han firmado o tienen proyectado firmar con varios países latinoamericanos (Chile, Perú, Colombia) y con Centroamérica. Tras la cumbre hemisférica de Buenos Aires de noviembre de 2005 y la oposición al proyecto ALCA, encabezada por el presidente venezolano Chávez, el proceso ha quedado interrumpido. En esta situación de incertidumbre, las integraciones económicas latinoamericanas hasta ahora existentes han entrado en crisis a medidos de 2006 con la práctica desaparición de la Comunidad Andina de Naciones y un incierto futuro para MERCOSUR y los deseos expresados por Uruguay y Paraguay de suscribir acuerdos de libre cambio con los Estados Unidos. En el año 2004 surgió de iniciativa de Venezuela y Cuba, la Alternativa Bolivariana para la América (ALBA) de fuerte contenido ideológico y que algunos denominan la anti-ALCA. En los años siguientes se sumaron Ecuador, Bolivia, Honduras y Nicaragua y varias islas caribeñas

OPINIÓN PÚBLICA INTERNACIONAL

Una de las características fundamentales en la sociedad internacional en el momento actual -probablemente la socialmente más significativa- es el peso que ha adquirido la opinión pública internacional, fruto del proceso globalizador en el ámbito de la información y de la comunicación. Esta sociedad de la información se ha constituido en nueva opinión pública internacional y constituye uno de los procesos más democráticos y de mayor peso e influencia en la sociedad internacional. Los efectos de la opinión pública en los atentados de Madrid del 11-M, la guerra de Irak y el nacimiento de la plataforma del 15M, deducir el significado del público internacional afirmando que es una forma de agrupación social constituida por individuos o colectividades de distintos países que adquieren imágenes, generales o particulares, y realizan valoraciones comunes sobre los acontecimientos internacionales a partir de la información recibida por su

El Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD)

Uno de estos comités es el de asistencia al desarrollo (CAD), un foro que reúne a los estados miembros por derecho propio, organizaciones multilaterales como el Banco Mundial y el Sistema de las Naciones Unidas, la Unión Europea y países no miembros de América Latina, África, Asia y Medio Oriente. El CAD tiene como mandato apoyar a los países miembros, observadores y al sistema global de cooperación, en sus esfuerzos por reducir la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Estos se implementa mediante el apoyo a las políticas de cooperación de los estados miembros, a través del análisis de políticas publicas y recomendaciones en las diferentes áreas del desarrollo, tales como comercio, empleo, migración, educación, energía y salud.

Los actores internacionales estatales, los procesos de globalización y la realidad estatal, la pérdida de autonomia relativa, mundialización y reforma de los estados.

Uno de los factores para definir las relaciones internacionales es el criterio de los actores que intervienen en ellas. El criterio de los actores, o mejor dicho del principal actor, ha sido utilizado por algunos estudiosos vinculados al planteamiento realista, como Aron o Wright. Algunos de estos trabajos consideran un conjunto de actores en su reflexión sobre el medio internacional, pero la referencia obligada sigue siendo el componente estatal. Podría decirse que sus análisis, focalizados principalmente en el componente estatal, se centran en una visión casi exclusivamente descriptiva de las relaciones internacionales. Está limitada visión que tiene como principal referencia la del Estado como esencial y único actor de las relaciones internacionales, vacía de contenido lo que podría ser un análisis sincero y rico de los diferentes sujetos en las relaciones internacionales, derivado de un protagonismo creciente de los actores no estatales, dentro de una visión crítica y de progreso que tiene en cuenta una realidad internacional cada vez más compleja y cambiante. Así lo interpretó Alfred Zimmern que definirá las relaciones internacionales como el conjunto de interacciones entre diferentes sujetos estatales y no estatales. Esta visión, caracterizadora de los enfoques idealistas, supone una ruptura respeto a las anteriores aproximaciones a la sociedad internacional. La referencia a la sociedad internacional permite comprender las relaciones internacionales desde una óptica distinta a la utilizada por criterios anteriores, variando significativamente el alcance y sentido de las mismas, por permiten destacar que es más que la simple suma de las relaciones existentes en su seno. Esta posición no impide que consideremos que el Estado sigue teniendo un papel relevante en la sociedad internacional, si bien es necesario destacar el protagonismo creciente de otros actores o colectividades que necesariamente hay que tener en cuenta. Como señala el profesor Antonio Truyol, las relaciones entre individuos y entre colectividades no estatales, no son admitidas por todos los Estados en igual medida, y por regla general se efectúan a la sombra de las relaciones entre los Estados. Ahora bien, estas relaciones interindividuales, son el elemento más rico, más vivo de la sociedad internacional, el factor del progreso de la sociedad internacional. La celeridad e intensidad de los cambios derivados del proceso de globalización, así como la multiplicidad de actores y foros de negociación simultáneos, han introducido transformaciones profundas en la orientación, en el diseño y en la instrumentación de las relaciones internacionales en el momento actual que impedirán una visión tan restrictiva de los actores en el ámbito internacional. Debido a la interdependencia que caracteriza a la globalización, las implicaciones del entorno sobre las economías nacionales y sobre la propia estructura, funciones y modernización del Estado tienden a ser automáticas y rápidas, a veces impredecibles y, a menudo, incontrolables. Es por ello, que uno de los temas más analizados y comentados hoy en día es el de las limitaciones que el entorno internacional impone a la soberanía de los Estados en su concepción tradicional. La necesidad de abordar con nuevos enfoques el concepto de soberanía y de los distintos actores internacionales implica también poner en evidencia el margen de acción que sigue estando al alcance de los Estados y, por consiguiente, la capacidad de respuesta y de propuesta, individual o colectiva. El margen del movimiento que pueden tener los distintos Estados tiene mucho que ver con el proceso de globalización económica y comercial que actúa como un elemento homogeneizador y, por ende, los Estados deben introducir aquellos cambios que vienen determinados por aquellas exigencias externas relativas a dinámicas, encabezadas en el ámbito económico y monetario por las instituciones económicas internacionales que marcan las líneas directrices de reforma de las distintas realidades nacionales y se manifiestan como verdaderos actores internacionales con poder decisorio en este momento de la sociedad internacional. Por otro lado, los procesos de integración y su componente supranacional modifican la consideración de los distintos actores internacionales. El concepto de supranacionalidad suele estar asociado a aquellas realidades políticas desarrolladas a partir de la cesión de cierto poder del Estado que, por delegación directa o indirecta de algunos ámbitos de su soberanía, da origen a una nueva entidad política (llamada supranacional), peculiar, diferente y superadora, en algunos casos, de la figura clásica del Estado-nación. El ejemplo más claro de un proceso de integración supranacional, en donde el actor clásico estatal deja paso a una organización internacional de carácter supranacional, es la unión Europea. Sin duda, uno de los actores más significativos en la actual sociedad internacional. El proceso de conformación supranacional suele ser el producto lógico de todo aquel ámbito de integración que partiendo de un cierto grado de común interés y entendimiento entre Estados, quiere configurar una organización o asociación política o económica como nuevo actor internacional con permanencia, continuidad y avance progresivo hacia la unidad como fin último. La institucionalización del proceso de supranacionalidad se supone la mayor parte de las organizaciones de integración, en un momento originario, lógicamente, sólo representa la suma exacta de los actores estatales delegados, pero tiende a configurarse como el proyecto de una nueva realidad política en donde el todo que la forma y legítima, aspira a ser algo más que la suma matemática de las partes estatales que la componen. Para valorar el efecto de los procesos de globalización e integración en la nueva consideración de los atores no estatales en las relaciones internacionales, es necesario poner esta dinámica en relación con los conceptos de comunidad y sociedad internacional. El sociólogo alemán Ferdinand Tönnies en 1887, estableció una clasificación binaria de los entes sociales en comunidad (Gemeinschaft) y sociedad (Gesellschaft), dependiendo de que en ellos prevaleciera la voluntad esencial o la voluntad arbitraría, es decir, como interpreta Manuel Medina, según predominaron los intereses de grupos o los intereses individuales en el interior del ente social. No obstante. Tönnies indicaba que esta clasificación era básicamente conceptual y que las entidades sociales y políticas no reflejaban estos tipos en toda su plenitud e incluso podían ser, dependiendo del momento histórico, cambiantes. Ciertos autores como Hoffman o Raymond Aron, pensaron que esta clasificación matizada podía ser válida para la elaboración de una teoría del comportamiento estatal en el ámbito interior y exterior. Desde estos planteamientos, mientras que la realidad estatal interna partía del modelo de la sociedad integrada, o comunidad, las relaciones internacionales debían partir de la existencia de un medio descentralizado, dividido en unidades independientes que persiguen sus fines propios. La sociedad internacional, desde estas aproximaciones, sería una sociedad y no una "comunidad", y dependería de la cooperación limitada y condicional de sus miembros, cuya primera fidelidad es a las partes constituyentes y no al proyecto global. Esta visión clásica, desde una percepción realista de la sociedad internacional, subraya la lógica debilidad de todos aquellos procesos de comunitarización internacional o de integración supranacional frente a los consolidados, principales y únicos actores Estados nacionales. Aun reconociendo la validez de algunos de los principales argumentos de estos pesimistas razonamientos sobre los procesos de comunitarización o integración supranacional a la hora de valorar el peso de los distintos actores internacionales, no es menos cierto considerar que el devenir histórico de la sociedad internacional en la solución a sus graves problemas, intenta la puesta en marcha de procesos superadores de la visión auto-afirmadora y singular del Estado en el medio internacional.

PROCESOS DE INTEGRACIÓN REGIONALES ÁREA DE LIBRE COMERCIO DE AMÉRICA DEL NORTE (TLCAN-NAFTA)

Zona de libre comercio formada por Estados Unidos, Canadá y México y que es operativa desde 1 de enero de 1994, cristalizando una idea cuyos antecedentes se remontan al siglo XIX. El principal tema de negociación del tratado de libre comercio fue la eliminación de los aranceles aduaneros entre los países de América del Norte sin que en ningún momento se planteara la posibilidad de establecer un arancel externo común. El Tratado comporta también el desmantelamiento de obstáculos no arancelarios, el tratamiento nacional de las inversiones, la apertura de los mercados públicos y la protección de la propiedad intelectual de forma compatible con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La reducción de aranceles ha generado un crecimiento importante del comercio entre los socios de este tratado, aunque este comercio se centra en Estados Unidos, de cuya economía dependen en gran medida Canadá y México. Otro de los rubros de éxito del NAFTA es el de la inversión, sobre todo por parte delas las empresas estadounidenses y canadienses en México. EL NAFTA ha generado incentivos para atraer inversiones, no sólo por el acceso al mercado estadounidense, sino por crear un marco jurídico que ofrece certidumbre jurídica, respetando los principios de trato nacional y de nación más favorecida. Para México el TLCAN ha supuesto encontrar en Canadá un cierto contrapeso a la enorme influencia negociadora de los Estado Unidos. Otro efecto adicional para México ha sido el de resituarse en el plano mundial a través de su incorporación a, entre otras, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) al que estaban incorporados Canadá y Estados Unidos. El TLCAN no ha implicado que sus miembros se cierren sobre sí mismo pues tanto Estaos Unidos como Canadá y México han sido activos en negociar acuerdos de libre comercio con otras zonas y en negociar en el plano multilateral en el cuadro de la Organización Mundial de Comercio.

Política exterior de la UE.

e refuerza el papel de la UE en el plano internacional. El Tratado de Lisboa proporciona fundamentalmente coherencia y visibilidad a la política exterior y de seguridad común de la UE. La UE adquiere de este modo la personalidad jurídica necesaria para negociar y ser parte contratante en los tratados internacionales. En lo que respecta al ámbito internacional, la UE está desde entonces representada por el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. A raíz del Tratado, los tratados constitutivos constan de una sección dedicada a la política de seguridad y defensa común. A largo plazo se prevé establecer una política de defensa europea común. ​La cooperación internacional para el desarrollo se define como el conjunto de acciones llevadas a cabo por los países desarrollados por medio de transferencias de recursos, con varias modalidades y procedimientos, a los países del Sur. El objeto ideal de esta política, que inicialmente estuvo más centrada en el crecimiento económico y el bienestar de los países en desarrollo en general, es el de la erradicación de la pobreza en el mundo. Sin embargo, la experiencia de cooperación a lo largo de estas décadas ha tenido en cuenta mayoritariamente los objetivos de política exterior de los principales donantes, más que el bienestar de la ciudadanía de los países en desarrollo.

​Por otra parte, la cooperación bilateral

es la que se establece directamente entre el país donante y el receptor. Cabe distinguir la cooperación reembolsable de la no reembolsable. El impacto que muestran la cooperación reembolsable (los créditos) y la no reembolsable (las donaciones), y las diferentes ventajas e inconvenientes que ofrece cada una, dependerá de la situación de cada país receptor. La cooperación bilateral reembolsable incluye préstamos concesionales que los Gobiernos de los países donantes otorgan a Gobiernos o instituciones públicas de los países beneficiarios de la ayuda con el fin de financiar determinados proyectos en sectores productivos, aunque también se utilizan para el sector social. La cooperación bilateral reembolsable suele estar condicionada a la adquisición de bienes y servicios del donante, en cuyo caso se habla de ayuda ligada. Por otra parte, en ocasiones se mezclan los créditos blandos que computan como AOD con créditos oficiales a la exportación en condiciones de mercado, formando parte de un paquete financiero global. Esto recibe el nombre de crédito mixto, un instrumento muy controvertido, con efectos adversos en los países receptores. La cooperación reembolsable muestra algunas ventajas para países de desarrollo intermedio y para sectores económicos con rentabilidades altas, siempre que su uso sea transparente y no prevalezca el interés del país donante sobre las necesidades del receptor: los créditos se relacionan positivamente con la inversión; se dirigen preferentemente a dotación de infraestructuras y servicios - lo que potencia la capacidad productiva del país-; su concesionalidad compromete menos la posición deudora del receptor que los recursos en condiciones de mercado, y pueden jugar un papel catalizador de otras inversiones. ​En la cooperación bilateral no reembolsable se incluyen las transferencias realizadas en efectivo o en bienes y/o servicios respecto a las cuales el beneficiario no contrae ninguna deuda legal. La cooperación no reembolsable se compone de la ayuda humanitaria: como la alimentaria; la de emergencia; los proyectos de desarrollo económico y social; los programas de apoyo a la balanza de pagos, a las importaciones y al presupuesto del país receptor; la cooperación científica y técnica; las subvenciones a ONGD y los programas de reducción de deuda.

​El sistema de cooperación internacional al desarrollo nació

poco después de la Segunda Guerra Mundial. Su origen está relacionado con el conflicto Este-Oeste- La Guerra Fría- al considerarse la ayuda externa como un instrumento legitimador de las potencias dominantes en cada uno de ambos bloques, capaz de contribuir a la cohesión de los países aliados en su respectivo seno. La cooperación al desarrollo aparecía como un mecanismo adecuado para atenuar las diferencias Norte-Sur, coadyuvando al desarrollo de los países del Sur y, a la vez, como un medio de mantener la influencia de los países de pasado colonial en antiguas colonias, o bien, de ganar influencia en los nuevos países independientes. En los años 60, en un contexto de fuerte crecimiento de las economías europeas y japonesa, se generalizarían los programas bilaterales de ayuda y se consolidaría el sistema de cooperación al desarrollo con la creación de organismos ad hoc para su gestión. ​Precisamente, la búsqueda de objetivos distintos, no siempre complementarios, uno relacionado con el desarrollo del Sur y otro estrechamente ligado a los intereses políticos, económicos o estratégicos del donante, dotan de unos rasgos específicos al sistema de cooperación frente a otros subsistemas del sistema de relaciones internacionales.

Entre los principales fundamentos jurídicos que rigen la ayuda exterior de la UE en el actual marco financiero plurianual, cabe mencionar los siguientes cinco instrumentos financieros: · Instrumento Europeo de Vecindad y Asociación (IEVA)

· Instrumento Europeo de Vecindad y Asociación (IEVA) · Instrumento de Cooperación al Desarrollo (ICD) · Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos (IEDDH) · Instrumento de Estabilidad (IE); · Instrumento de Cooperación en materia de Seguridad Nuclear (ICSN). El ámbito de actuación de los dos primeros instrumentos es geográfico, mientras que el de los tres restantes es global. Los cinco instrumentos se financian a través del presupuesto de la Unión Europea, y se complementan con el Fondo Europeo de Desarrollo (FED), que abarca los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP), y se financia mediante aportaciones de los Estados miembros. Por último, el Instrumento de Ayuda de Preadhesión (IAP) comprende a los países que desean incorporarse a la Unión Europea


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